El gobierno panista de Guanajuato es cómplice de la destrucción ecológica del río Laja, pues vigila con cientos de policías estatales que no se obstaculice la extracción de arena y grava del afluente, aseguraron unos 80 agricultores del municipio de Dolores Hidalgo, que se manifestaron este martes frente al palacio de gobierno, en esta capital.
Los inconformes exigieron al gobernador, Juan Manuel Oliva Ramírez, que detenga la extracción de arena y grava, pues está dañando al medio ambiente, y que retire las fuerzas de seguridad pública del estado de la rivera del Laja, cuyo lecho ha sido explotado desde hace décadas.
Los manifestantes gritaron durante dos horas consignas contra el titular del Ejecutivo estatal, y en repudio a los asesores de la Secretaría de Gobierno. En la protesta hubo empujones entre los campesinos y policías antimotines.
En 2007, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México analizaron las afectaciones al río y recomendaron frenar la explotación de materiales.
La Cooperativa Desarrollo Ecológico y Aprovechamiento Común Sustentable de Dolores Hidalgo obtuvo en 2008 una concesión de la Comisión Nacional del Agua para explotar el río, a pesar de que no es viable, recordó María Ventura Martínez, vecina de la comunidad El Calvarito.
Pero el año pasado no los dejamos, nos pusimos al tú por tú; no obstante, el 28 de enero de 2009 comenzaron las extracciones, protegidas por 500 elementos de las fuerzas del estado, recriminó Ventura Martínez.
Ese mismo día se juntó la gente, impedimos que sacaran la arena, llevaron a agentes de seguridad pública que se nos echaron encima, incluso nos pegaron con los toletes, nos aventaron con los escudos y nos retiramos, narró.
Cada año, los taludes debilitados del Laja son destrozados en la temporada de lluvias. Además, la falta de arena y grava impide la recarga de los mantos freáticos, comentó la asesora legal de los manifestantes, Refugio Valadez.