LAS MARCADAS carencias que, en materia de agua potable, soportan algunas poblaciones del sudoeste provincial no dejan de preocupar tanto a las autoridades como a los propios habitantes, atento a que el paso del tiempo no aporta las esperadas soluciones. No se trata, por cierto, de cuestiones de reciente data, porque, en algunos casos al menos, son problemas que se arrastran desde hace varios años y, pese a las insistentes gestiones del poder político lugareño y los reclamos de las fuerzas vivas, los padecimientos siguen a la orden del día.
UNO DE los casos más representativos es el de Médanos. En nuestras frecuentes crónicas elaboradas por el corresponsal en esa ciudad, se recordó que desde hace más de veinte años se nota la escasez de agua potable, así como subsisten inconvenientes en torno a su calidad. Las peticiones ante los funcionarios de Aguas Bonaerenses S.A. han sido repetidas, aunque el verano transcurre sin que se modifique el escenario, aun a pesar del anuncio sobre la perforación de los tres ansiados pozos.
EN SU momento, las solicitudes emanadas desde el Concejo Deliberante de Villarino y dirigidas al propio gobernador bonaerense, Daniel Scioli, incluyeron no solamente las esperadas mejoras en la provisión del líquido, sino la instalación de una planta de abatimiento de arsénico, a fin de superar el problema que significa para los consumidores el alto contenido de dicho elemento en el agua que se consume en la actualidad. Asunto que, en rigor, también se registra en otras localidades de la región.
ULTIMAMENTE, también los vecinos de Villa Ventana --alrededor de 900 pobladores estables, más una considerable cantidad de visitantes en épocas de vacaciones y en fines de semana-- se han expresado con elocuencia acerca del servicio, que hoy ha disminuido hasta niveles inadmisibles. De acuerdo con lo manifestado por varios de ellos en los medios de comunicación, solamente por unos pocos minutos al día --generalmente, no se llega a una hora completa-- las canillas brindan alguna respuesta. El resto de la jornada permanecen en silencio.
TAMBIEN en este caso, existe una situación que justificaría con creces el mayor esfuerzo de los organismos competentes, por cuanto se está privando a aquellos pobladores de un servicio esencial para su calidad de vida. Aunque se estuvo apelando a medidas de emergencia, como la extracción de agua de pozos de otros lugares cercanos de la comarca--incluida Villa La Arcadia, en jurisdicción suarense-- y el traslado hasta las cisternas de la localidad, nadie podrá negar que se trata, en todo caso, de circunstanciales recursos.
LAS REUNIONES que en estas horas realizan los vecinos de Villa Ventana --habrá otra mañana, aprovechando la habitual visita de quienes tienen allí sus propiedades de fin de semana-- permitirán conocer cuáles serán sus próximos pasos en busca de las mejores soluciones. Un lugar que ha tenido un notable crecimiento turístico en los últimos años, inclusive despertando el interés de familias originarias de ciudades distantes varios cientos de kilómetros, merece contar con servicios esenciales eficientes y no sometidos a una incertidumbre como la que se está viviendo.
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