Los vecinos del barrio Fontana denunciaron que la esquina de la calle Pringles y Freitas se parece bastante a una pileta de natación. “Tenemos una especie de piscina frente a nuestras casas pero el líquido emana fuertes olores. Será por eso que en las boletas de servicio el barrio figura como zona residencial”, ironizó un vecino.
Desde hace varias semanas trabajan en la colocación de caños del desagüe cloacal en diferentes tramos de la Pringles pero esta obra nada tiene que ver con el taponamiento del desagüe pluvial.
La obstrucción de las bocas de tormenta representa un grave problema para los vecinos y pese a los reiterados reclamos a la empresa Aguas de Formosa y la Municipalidad, hasta el momento las soluciones no aparecen.
“Hace 30 años que tenemos este problema pero ahora se agudiza porque el agua no corre y despide olores nauseabundos. Nosotros no podemos darnos el lujo de salir a sentarnos en la vereda. El agua desaparece solo por evaporación. Con las lluvias que se registraron en los últimos meses y en especial en las últimas semanas, tenemos un foco infeccioso latente conviviendo con nosotros”, expresó una pobladora de la zona.
Los vecinos dijeron que el taponamiento de los desagües los expone además al permanente anegamiento de sus viviendas en días de intensas precipitaciones porque el agua no tiene salida.
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