Hace pocos días, en extensa sesión parlamentaria, dos legisladores de la oposición interpelaron al ministro Agazzi respecto a las medidas que el gobierno tomó en relación a la sequía que desde hace unos meses nos afecta a todos los uruguayos, y especialmente al sector rural. Debe agradecerse a la oposición la oportunidad brindada en la ocasión para dar cuenta de todas las medidas -27 en total- que el gobierno ha tomado para prevenir y paliar los efectos de la sequía, las cuales sin la interpelación, probablemente no habrían sido levantadas por todos los medios de prensa que estaban presentes. Fue también una ocasión propicia para poder escuchar una exposición conceptualmente clara, y muy rica desde el punto de vista técnico, del ministro de Ganadería.
Quedó claro, entre otras cosas, que el gobierno viene trabajando sobre la mitigación de las adversidades climáticas, y especialmente de la sequía, desde el año 2005. Ese año se comenzó a procesar y producir toda la información de datos meteorológicos y agrometeorológicos que actualmente permiten realizar análisis de situación. Hoy en día hay un sistema de información que permite conocer en cada seccional policial, cuánta agua disponible hay, cuánto ganado, cuántos pozos.
También explicó que la " sequía es un proceso largo que empieza con lo meteorológico, que sigue con los suelos y su consecuencia sobre la agricultura, que sigue con lo hidrológico con las reservas profundas y que termina con el funcionamiento de la sociedad y la economía, es un proceso largo".
Pero esa, es tan solo una primera medida, necesaria e imprescindible, no sólo para enfrentar una eventual sequía; sino para conocer la realidad productiva del país. Como dije líneas arriba, son 27 las medidas que el gobierno ha adoptado para enfrentar la actual sequía. Veamos:
1- Medidas preventivas: dentro de este grupo de medidas las hay algunas de estímulos tributarios, otras de apoyo a la construcción de infraestructura, y otras de carácter normativo.
De todo este grupo, vale la pena resaltar al Plan de Sequía I, que consistió en la construcción de pozos, tajamares, y tanques australianos en 5 departamentos del norte del país, y que ha beneficiado a más de 800 productores, que actualmente cuentan con agua en esos embalses. En este momento, se está avanzando en el Plan de Sequía II, que replica el modelo anterior en otros 5 departamentos, esta vez del sur del país.
También puede ser mencionada la financiación de instalaciones para riego, que comprende a 92 pequeños productores en 14 departamentos; y el apoyo a minifundios a través de microcréditos, que han permitido la construcción de pozos en varias localidades de Canelones, y en algunas de San José.
Entre las medidas de tipo normativo, es importante señalar la creación de dos fondos: uno es el Fondo de Catástrofes Climáticas, reglamentado en febrero de 2008; y el Fondo Agropecuario de Emergencias, reglamentado en diciembre 2008.
2- Medidas de mitigación: este grupo de medidas son las más extensas, e incluyen medidas de pastoreo, financieras, forrajeras, hídricas, y económicas.
Dentro de las financieras, se destacan:
a) El subsidio para compra de raciones, que tiene como meta facilitar la compra de raciones para pequeños y medianos productores ganaderos;
b) El financiamiento y distribución de forraje: hasta el 30 de enero se habían entregado 1.800 toneladas a 3.500 productores;
c) Refinanciamiento de microcréditos para los productores afectados por la sequía
d) Créditos BROU a productores lecheros, que consiste en U$S 80-100 por animal, hasta un máximo de 9.000 dólares;
e) Financiamiento a productores lecheros sin acceso al BROU: hasta U$S 5.000 para tamberos que remiten menos de 1.000 litros diarios. 546 productores han hecho uso de esta herramienta hasta el momento.
Estas son las medidas que más relevantes me han parecido, de las casi 30 que se han implementado. Algunas, como se ha visto, provienen desde el inicio del actual período de gobierno.
Es importante señalar que muchas de estas medidas no fueron tomadas en una "torre de marfil" por jerarcas iluminados, o por un grupo de tecnócratas. Muchas de estas medidas, la mayoría, han sido discutidas en el terreno, en los territorios, con los actores locales, tanto institucionales como individuales.
Y eso es otro aspecto de suma relevancia. Porque la sequía, como cualquier otro tipo de inclemencia climática, no es un problema que afecte solamente al gobierno de turno; en primer lugar, afecta a la gente, y por tanto, afecta al gobierno, pero también a los partidos de oposición, y al país en su conjunto.
Eso es lo que la oposición política no quiere o no puede entender. Tantos años de asumir un discurso monopólico en contenido, ahora los deja descolocados cuando una fuerza progresista asume un tema de esta envergadura, y en lugar de decidir en forma inconsulta y autoritaria una serie de medidas a tomar; intenta llegar a soluciones consensuadas y colectivamente construidas, en base a diagnósticos comunes.
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