Sobre la calle Garay, cruzando por debajo de Mozart, hay una canalización de desagüe, y que, en ese punto, tiene las dimensiones del total de la calzada. Esa suerte de pavimento es aprovechada por camiones para ingresar y, en forma clandestina, realizar vuelcos diariamente.
De acuerdo a las denuncias de los vecinos de la zona, suman en la actualidad una treintena la cantidad de vuelcos que tienen lugar cada día en el predio que está ubicado en Garay y Toledo, es decir, tres cuadras al este de la calle Mozart.
Al lugar acceden los camiones desde la traza de la Autopista Buenos Aires-La Plata, básicamente, y en la mayor parte de los casos, los desechos que arrojan son restos de mampostería y tierra, que según consideraron fuentes de la delegación de la Ribera, contribuyen a rellenar la zona deprimida del bañado .
Sin embargo, lo que en principio fueron algunos vuelcos aislados, alcanzaron proporciones que terminaron preocupando no sólo a los vecinos, sino también a los funcionarios.
Quienes viven en la zona pusieron primero en conocimiento del tema a la Delegación de la Ribera, y luego el Coordinador de Delegaciones de Quilmes Este, Gastón Fernández, elevó la denuncia a la cartera de Medio Ambiente de la Comuna.
Según dijo en diálogo con PERSPECTIVA SUR, esa área ocupada de temas ambientales ya habría destacado personal al lugar, tomado fotografías y muestras.
ALGO HUELE MAL
Sin embargo, a los camiones que llegan con tierra y escombros, y que en su mayoría provienen de la zona de countries de Berazategui, se suman varios otros camiones que llegan con residuos, que también son vertidos en el lugar.
Fernández recordó que hasta el año pasado, este problema se daba en una tosquera de Ezpeleta, donde los vecinos hicieron varias denuncias, intervino (la secretaría de) Medio Ambiente, y se cerró el predio .
Sin embargo, según el funcionario, a partir de ese momento, algunos camiones comenzaron a venir a volcar a este sector .
Lo que en principio fueron unos pocos casos, derivó en los actuales más de treinta vuelcos diarios.
Y a los escombros y la tierra, no sólo se sumaron los residuos, sino también importantes cantidades de pescado en mal estado, que fueron arrojadas en los últimos días.
No menos preocupante para los vecinos son las cargas de aserrín que son esparcidas en el lugar, producto, en apariencia, de la limpieza periódica de un aserradero, aunque sin embargo, los domiciliados en la zona se preguntan con qué producto químico pudieran llegar a estar impregnadas las maderas molidas.
Por otro lado, muchas veces los residuos vertidos son incendiados en el mismo lugar -algo similar a lo que ocurría en Ezpeleta-, y de esa manera, a los malos olores se suma el nauseabundo del humo.
DEMASIADO PESO
Pero finalmente, hay aún otro dato que preocupa, y es la situación del conducto de desagüe de la calle Garay, que si bien fue construido con el objetivo de soportar el peso de vehículos, a la manera de un pavimento, no estaría preparado para resistir tan asidua visita de camiones.
Fernández señaló en diálogo con PERSPECTIVA SUR que se estarían dando algunas fisuras sobre esa canalización, teniendo en cuenta no sólo el peso, sino también el calor que se genera cuando el aserrín y otros residuos son quemados, y el hecho de que tiene proporciones considerable, porque va desde una a otra acera, ocupando todo el ancho de la calzada.
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