"Para que estas lluvias repercutan en el lago (de la represa de Paso Severino y Aguas Corrientes) y se pueda evaluar efectivamente su efecto se requerirá por lo menos una semana", dijo ayer a El País el secretario general de OSE, Daoiz Uriarte.
La semana pasada, se reconoció desde el organismo que ambas reservas de agua, de las cuales se abastece a la zona metropolitana, se encuentran en un punto "crítico".
Según estimaciones de OSE, se requieren unos 500 milímetros de lluvia para solucionar las dificultades que tienen actualmente las represas. Durante el fin de semana cayeron cerca de 80 milímetros en Paso Severino y en Aguas Corrientes.
Si bien Uriarte no manejaba cifras oficiales, señaló que en virtud de que las lluvias superaron los 50 milímetros en buena parte de la zona Sur del país, lo que "debería reflejarse en un aumento del nivel de las reservas", sostuvo.
Además de las lluvias, la baja de las temperaturas evita la evaporación y también disminuye en consumo de agua, destacó el funcionario.
Uriarte dijo que los registros de las últimas precipitaciones serán evaluados en miércoles por el Directorio de OSE, donde se estima que habrá un panorama mucho más claro acerca de esta situación. De todos modos, consideró que las lluvias representaron un "alivio" para el abastecimiento metropolitano.
El jerarca indicó que si la situación no mejora, OSE dispondrá nuevas restricciones en el uso de agua potable en la zona. Pero, "si la tendencia comienza a revertirse, no tendría sentido aplicar nuevas medidas", aclaró.
Desde la semana pasada existe una exhortación de las autoridades del organismo a no utilizar agua potable para usos que no sean esenciales. Se estima que las nuevas restricciones, en caso de ser aplicadas, apuntarán a los principales consumidores, los cuales se encuentran mayoritariamente en la actividad industrial.
De acuerdo con los registros de la semana pasada de OSE, el nivel de la represa de Paso Severino, en el departamento de Florida, se encontraba en 30 millones de litros de agua utilizables, cuando habitualmente se ubica en 74 millones.
En Aguas Corrientes, además de la preocupación por la bajante de la cota del lago, existe otro problema: el aumento de cloruros como consecuencia del ingreso de aguas saladas desde aguas abajo.
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