Un muy crítico panorama, derivado de la histórica sequía que padece la zona norte de Villarino, atraviesa el sector apícola, que acaba de elevar a la Provincia una serie de reclamos tendientes a paliar la situación, pese a que aún no ha recibido una respuesta satisfactoria.
Así lo confirmó el presidente de la Asociación de Apicultores de Villarino Norte, Miguel Maquia, quien comentó que el sector está atravesando uno de los peores momentos de su historia.
Enumeró, en tal sentido, la necesidad de contar con azúcar para afrontar el invierno, así como alimentos proteicos, remedios para curar a las colmenas afectadas por las plagas, combustible y subsidios o compensación económica por la mortandad.
"Estos son algunos de los pedidos formulados al intendente de Villarino, Raúl Mujica, para que éste, a su vez, los eleve a la Provincia", dijo Maquia.
Sostuvo que en la zona de secano del distrito se trabajó a un 50% de la capacidad productiva total, y que el problema se vio agravado, especialmente, en Algarrobo y Médanos, donde se desempeñan productores pequeños (de entre 50 y 100 colmenas).
"No menos grave es el panorama en Teniente Origone, otra de las localidades más castigadas por la sequía, el viento y la erosión", indicó el titular de la asociación, quien dijo haber perdido 100 colmenas este año.
En Algarrobo --puntualizó--, los apicultores no tuvieron cosecha, mientras que en Médanos se lograron rindes muy escasos.
"En la zona sur del distrito se cosechó algo más, pero la crisis es generalizada", consideró.
Al referirse a la actualidad, dijo que la sequía genera falta de floración para que las abejas produzcan néctar.
"Se vuela todo. Los campos, plagados de arena, se asemejan más bien a una playa", graficó el dirigente, quien agregó que el viento también es causante de expulsión y mortandad de abejas.
"Esta ola de calor, sumada al viento, generó que muchas abejas murieran. Por otro lado, los 45 grados de sensación térmica registrados en varios días ocasionaron que el interior de las colmenas se derritiera", expuso.
Si bien dijo que los productores están realizando todos los preparativos para los meses de invierno, aseguró que muchas abejas morirán antes de tiempo en virtud de la carencia de alimento proteico, indispensable para la subsistencia.
"Estamos a la espera de una respuesta ante los reclamos que hemos formulado. Hasta el momento sólo hemos tenido contacto con el ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó, una persona muy cordial. Pero las respuestas --remarcó-- no aparecen".
Por último, reflexionó: "Muchos apicultores son también productores agropecuarios y están viviendo una situación límite. Falló la vaca, el trigo y la miel, de modo que no tienen qué darles de comer a sus hijos".
"Ese es el único argumento que tenemos para los políticos. No hay otras palabras para definir la actualidad", finalizó.
En Origone
Anselmo Martz, uno de los principales referentes apícolas de la región, advirtió que la sequía afecta tanto a ese sector como al agrícola y ganadero, ya que la producción "entra y sale de las mismas tranqueras".
"Las salas de extracción están peligrando, porque la ganancia se invierte en su propio mantenimiento", opinó.
"A nivel mundial la Argentina es considerada como el lugar con mayor cantidad de salas de extracción, pero hoy todas corren riesgo de desaparecer porque, si no hay entrada de miel, no existe manera alguna de cobrar", reiteró.
En ese sentido sostuvo que el nivel de ventas descendió, de tres años a esta parte, alrededor de un 50 por ciento a raíz de la sequía.
"En Villarino, la falta de agua ha venido generando cuatro años consecutivos de fracaso en las cosechas, es decir que en este rubro se trabaja por debajo del costo", aseguró.
Las abejas, completó, están mal atendidas y con falta de alimentos por falta de recursos, a la vez que el sector necesita azúcar, remedios, combustible y un adecuado tratamiento sanitario.
"El apicultor, ante los bajos rindes deja de ir a las colmenas y así muchas mueren por falta de atención. Es una cadena que se está dando en la zona árida de nuestro distrito", comentó Martz.
Si bien en su caso particular admitió que esta temporada al menos "algo" ha podido cosechar, manifestó que la gran mayoría de los apicultores perdió alrededor del 40 por ciento de sus colmenas.
"Los campos están secos como nunca. Lo único que vemos es tierra que vuela, exceso de calor y numerosas jaulas con animales que salen del distrito", comentó.
"Lo único que necesitamos son precipitaciones abundantes y continuas", expresó.
Martz explicó que la cosecha mielera se extiende, por lo general, desde el 15 de diciembre al 15 de febrero.
"De esos 60 días, este año 40 fueron ventosos, algo muy perjudicial para la abeja, que sólo soporta vientos de hasta 29 kilómetros por hora", indicó.
Cualquier ráfaga que supere esa velocidad las expulsa a más de 4 mil metros, generando, en muchos casos, que se desorienten y no regresen.
"En definitiva, el clima hace que se pierdan", sintetizó.
La gran mayoría de la miel producida en esta zona es vendida a los exportadores de manera directa.
"Obviamente esta recesión origina una menor comercialización", subrayó.
"Una etapa sin precedentes"
Eduardo Kunuch, quien posee alrededor de 1.500 colmenas en la zona de riego de Pedro Luro, aseguró que en 35 años de actividad nunca vivió una etapa como la actual.
"Estamos muy mal, prácticamente sin rindes. Pensamos que esta temporada iba a ser mucho más favorable, pero la sequía hizo estragos, no hubo floración y lo poco que ha crecido fue utilizado para hacer rollos" manifestó.
El panorama es igual desde los últimos dos años, dijo, y agregó que mientras en 2008 se obtuvieron 72 tambores, hasta el momento lleva cosechando 40.
Kunuch, quien, al igual que Anselmo Mart, vende su producción a empresas exportadoras, dijo que la ganancia fue "mucho menor".
"Esto es un desastre, algo que jamás hubiese imaginado", concluyó.
La carta enviada al ministro Emilio Monzó
* El 3 de este mes, los productores apícolas de Juan Cousté (Algarrobo) enviaron al ministro de Asuntos Agrarios, Emilio Monzó, una nota en la que le plantearon la grave situación apícola de Villarino Norte como consecuencia de la prolongada sequía y los fuertes vientos.
* "No sólo hemos perdido otra cosecha --ya van cuatro años consecutivos--, sino que aún debemos alimentar nuestras colmenas, y además de azúcar necesitamos alimentos proteicos y remedios para poder conservar en buen estado nuestros apiarios".
* "Toda esta grave situación nos lleva día a día a perder colmenas por desnutrición, enfermedades como loque americano, y cría yesificada; es decir, estamos perdiendo nuestro capital y al no haber cosecha no contamos con recursos para subsistir como productores apícolas".
* "Por todo lo expuesto anteriormente es que solicitamos un subsidio para la compra de azúcar (45 pesos anuales por colmena), alimentos proteicos (4 pesos), antibióticos y combustible (unos 50 pesos) para el traslado a nuestras colmenas".
* "Además, es necesaria una compensación por colmenas muertas de 150 pesos, exceptuando un margen de mortandad normal del 8%".
* "Este subsidio es solamente para mantener nuestras colmenas, aunque los apicultores en este momento se encuentran imposibilitados de mantener a sus familias dignamente".
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