Desde hace un mes, personal de Obras Públicas de esta ciudad viene relevando el estado en que se encuentran los medidores de agua domiciliarios y que abarcan a 50 por ciento de las 7.790 cuentas registradas en el municipio. Cuando todos los medidores estén reparados y funcionando, el municipio irá registrando los consumos.
Los trabajos persiguen varios objetivos, aunque el primordial es ir preparando las bases para pasar al sistema de facturación por consumo, cambio que comenzaría a regir desde 2010 y que no necesariamente afectará a toda la ciudad. De hecho, ya se anunció que, al menos, tres barrios serán exceptuados y seguirán con el actual régimen.
El cálculo que hizo el municipio para 2010 es que cada cuenta podrá hacer uso de 20 metros cúbicos en forma mensual, tomando como base que en cada domicilio viven cuatro personas y cada una de ellas consume 175 litros diarios, el doble de lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Si no se excede esa límite, el contribuyente podrá abonar el consumo como lo hace actualmente, a través del pago de una cuota única anual o de seis cuotas bimestrales. Pero, en caso de superarse los 20 metros cúbicos, el municipio emitirá una factura extra cada mes que detecte el exceso. Esta medida comenzará a regir desde el 1° de enero de 2010.

Hacia un uso responsable. Mientras tanto, el municipio dedicará lo que resta de 2009 a concientizar a los vecinos sobre los problemas que acarrea el derroche y del impacto económico que tendrá en cada familia ese consumo excesivo. Paralelamente, irá avanzando en la instalación de medidores en aquellos barrios que serán incluidos en el sistema controlado, pero cuyas construcciones son anteriores a 1992.
El municipio no logró revertir, hasta el momento, el gran consumo de agua de sus 34 mil habitantes, dado que se registraron cantidades de hasta 600 litros diarios por habitante. Los mayores picos se dieron en enero de 2008 y se repitieron en los meses siguientes.