La presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desembarcó ayer en almirante Brown para inaugurar una escuela de Rafael Calzada y, desde allí, se dirigió a los vecinos de las localidades de Glew y Calzada a través del -cada vez más utilizado por el actual Gobierno- sistema de teleconferencia.
Durante el acto, celebrado en la EGB 71 de esa ciudad, la mandataria destacó las obras emprendidas en el distrito, pidió “solidaridad a los que más tienen” y aseguró que allí, “entre los sectores más humildes”, se siente “realmente feliz” pese a las “dificultades” que debe enfrentar cada día desde su función.
“Cuando me encuentro con ustedes, inaugurando escuelas, cloacas, dando servicios y calidad de vida a quienes fueron abandonados durante décadas, siento que son los momentos más felices como Presidenta”, dijo para hacer estallar el segundo grito de jubilo de la tarde.
El primero había llegado uno minutos antes, al abrir su discurso, cuando luego de pedir que le acercarán un peluche de un simpático pingüino que sacudían a su derecha, lo mostró a todos los presentes y lo hizo flamear bajo el grito: “Todos los argentinos tenemos un pingüino en el corazón”.
La jefe de Estado estuvo acompañada en el palco principal por el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez; y el intendente Municipal, Darío Giustozzi, que ofició de presentador de videos y conexiones con móviles a modo de improvisado conductor televisivo.
Desde una mesa en el centro de un escenario, Cristina se comunicó a través del sistema de teleconferencia (que consiste una conexión en tiempo real de imagen y sonido trasmitidos vía satélite y proyectado sobre pantalla gigante) primero con el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, que se encontraba en Glew para inaugurar el comienzo de los trabajos de la construcción de un paso bajo nivel; y luego con la ministra de ministra de Infraestructura bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, que anunció la creación de red troncal de cloacas por parte de la estatal AySA que beneficiará a los distritos de Avellaneda, Lanús, Lomas de Zamora y Brown.
En medio del diálogo con ambos se realizó una corta conexión con el secretario de Energía, Daniel Cameron, que se encontraba en una nueva planta de la empresa Edesur. Desde allí, y tras recibir el reto de Cristina para que hablará “mas fuerte”, el funcionario aseguró que la subestación beneficiará a más de quinientos mil habitantes de Brown, Esteban Echeverría, Presidente Perón y Quilmes.
Tras realizar los contactos y escuchar las palabras de agradecimiento del intendente anfitrión, que remarcó que “gracias al respaldo del Gobierno nacional” se harán este año “muchas más obras de las que se hicieron en las últimas dos décadas”, la Presidente se dirigió a los vecinos presentes, reales o virtuales, sin salirse demasiado del libreto.
Recordó su pasado “humilde en La Plata” y resaltó la importancia de que el Estado de oportunidades de estudiar a los “más humildes”. Además, indirectamente pidió que se respalde al kirchnerismo en las próximas elecciones “manteniendo la lealtad a un proyecto y a una idea de país”. "Es hora entonces de que continuemos este esfuerzo sostenido", afirmó, tras lo que sostuvo con énfasis: "Tengan por seguro que esta presidenta va a poner lo que haya que poner para que la Argentina siga creciendo, siga habiendo trabajo, construyendo escuelas, viviendas, caminos, rutas, que es lo que nos ha hecho grandes".
Luego le pidió a los que más “tienen” que sean solidarios con aquellos que “menos tienen”, en clara alusión al sector agropecuario y empresario en el marco de la crisis financiera internacional. "Les pido a todos los que acumularon rentabilidades, que tienen más de lo que cualquiera de ustedes podría imaginar, solidaridad con el resto de los argentinos, la mano tendida", instó.
Y completó en un tiro de la tarde hacia la oposición: "En estos años hemos crecido, pero también lo hemos hecho en paz por primera vez en mucho tiempo. No es con palos que se arregla un país, sino con trabajo y producción.
Del acto central participaron alrededor de dos mil personas. Cerca de mil quinientas colmaron el patio del establecimiento educativo y alrededor de quinientas más siguieron desde la calle el discurso de la presidenta por las pantallas gigantes ubicadas al costado del escenario.
En las primeras filas frente a la mandataria, quizá para demostrarle a Cristina Fernández que en Brown la Concertación sigue firme, se pudo ver a todos los concejales del bloque oficialista -incluidos el vecinalista Mario Fuentes, la representante de Libres del Sur, Ivana Rezzano, y el hombre de Martín Sabattela en el distrito, Daniel Wolovich, junto con funcionarios municipales y provinciales y dirigentes de la nueva cúpula de la CGT regional Lomas de Zamora, entre otros.
El que quedó afuera del acto fue el dirigente camionero Julio Carrizo, que debió mirar desde atrás del alambrado, según se le escuchó asegurar, “por llegar tarde”.
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