Una mancha turbia y maloliente observada el martes en las aguas del Nahuel Huapi, al este del casco urbano, causó alarma entre la gente que disfrutaba de la soleada jornada, aunque a diferencia del triste episodio registrado en enero, en este caso, eran los líquidos tratados que "inyecta" al lago la planta depuradora.
De acuerdo a la información suministrada al municipio por el "ente regulador" la turbiedad que apareció cerca de la playa del INTA fue producida por la descarga habitual de la planta que está trabajando fuera de su punto óptimo y a la fuerte bajante del lago que expuso la calidad de los efluentes tratados.
El subsecretario de Medio Ambiente, Luciano Signore, aseguró a "Río Negro" que "hay explicaciones muy claras, el nivel de lago está muy bajo como para permitir que se visualice el punto de inyección del emisario subacuático y se está percibiendo eso, pero es efluente tratado, es la salida natural de la planta depuradora".
El funcionario aclaró que "de todos modos hay una corrección, un ajuste de calidad que deberá hacer el operador", en referencia al Servicio de Saneamiento de la CEB, porque la planta "se sale de punto pero la inyección que está saliendo por el emisario subacuático está todavía dentro de los parámetros aceptados por ley".
Dijo que, los líquidos volcados, "están en un 50 por ciento debajo de los límites permitidos para el vertido en agua, lo que pasa es que si estuviéramos en una temporada en la cual el nivel de lago fuese superior no se percibiría este inconveniente".
A la par de estas explicaciones, ayer Signore exigió a este diario la rectificación de un error deslizado en la nota publicada el 5 de febrero bajo el titulo "Preocupa la contaminación ambiental en la zona turística". Pese a lo extemporáneo del pedido cabe señalar que en el octavo párrafo, donde decía "continuamente nos saltan los tampones, ambientalmente hablando" debió decir "continuamente nos saltan los tapones, ambientalmente hablando" tal cual fue la declaración del funcionario.
Admitió que el vertido de líquidos -más o menos depurados- que genera la planta colisiona con la prohibición estricta de todo vuelco que estableció la Carta Orgánica que "es de difícil cumplimiento". "Quizás la Carta Orgánica debe reglamentarse en algún sentido para establecer parámetros de esto, porque sino es una norma de imposible cumplimiento", estimó Signore.
Foto: Archivo Programa Infoambiente
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