A falta de inversores privados que quieran prestarle fondos a la Argentina para afrontar los pagos de la deuda, el Gobierno sigue buscando plata en sus propios bolsillos.
Ayer se informó que la estatal Agua y Saneamientos Argentina (AySA) le prestará al Tesoro hasta 700 millones de pesos a un plazo de 90 días.
Lo paradójico es que, días atrás, se comunicó que AySA le costará este año al Estado unos $ 1.672 millones en concepto de subsidios y transferencias de capital, debido a que se espera una pérdida operativa de $ 400 millones y que financiará parte de sus obras con $ 552 millones provenientes de la ANSeS.
Se supone entonces que la caja de AySA podría priorizar girarle fondos al Gobierno y, tal vez, dilatar pagos a sus proveedores. AySA, se dijo, no contempla aplicar aumentos tarifarios para este año.
Con todo, la financiación "intraestatal" es un renglón de la deuda que crece año a año. Según datos de la Secretaría de Finanzas, la deuda del Gobierno central con diversas agencias oficiales asciende a 9.286 millones de pesos (a los que habrá que sumar estos $ 700 millones). Así, la deuda del Estado con el Estado ya está en los 10.000 millones de pesos.
La ANSeS y la AFIP son dos de las agencias que más liquidez aportan para que el Gobierno pueda hacer frente a los vencimientos de la deuda.
Esta vez, AySA comprará una letra que es intransferible y que devengará una tasa de interés similar a la que paga el Banco Central por las Letras a 90 días de plazo. En la última licitación, esa tasa fue del 13% anual. Esta letra no tendrá cotización en los mercados de valores locales e internacionales.
Para los analistas que siguen de cerca los temas de la deuda pública es al menos una buena noticia que el Gobierno consiga fondos en un escenario donde los mercados están completamente clausurados.
Por lo pronto, los $ 700 millones que ingresen de AySA servirán para ayudar a pagar los vencimientos por $ 2.400 millones que el Estado debe afrontar solo en marzo de deuda contraída con otras agencias estatales.
Como ni el propio Gobierno espera que se reabra el mercado de capitales, se supone que el Estado y los bancos locales serán quienes aportarán los fondos para honrar las deudas de este año, que llegan a US$ 20.000 millones.
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