El 28 de febrero del año pasado marcó un hito en la memoria de miles de personas de la Región que en tan sólo una hora y media de lluvia asistieron a un fenómeno que les devastó sus hogares; en ese rato cayeron gran parte de los 89 mm que dejaron secuelas en miles de evacuados y pérdidas millonarias. Luego del desastre la imperiosa necesidad de que no se repitan hechos de esa característica hizo hincapié en la realización de obras hidráulicas.En el arroyo Carnaval se trabajó en terrenos cercanos a las vías del ex FCGR hacia aguas arriba, hasta la ruta 36, y en el canal Martín-Carnaval
Sergio Federovisky, presidente de la Agencia Ambiental de La Plata y experto en desastres naturales urbanos, explicó que cuando se producen anegamientos de tanta magnitud es muy importante realizar el diagnóstico porque siempre se deben a muchas causas: "en un primer momento se habló de la responsabilidad de la Autopista Buenos Aires-La Plata y de obras que se hacían en la Ruta 2; pero también hay que considerar que llovió mucho en poco tiempo, la vulnerabilidad de la población, las obras que no se habían hecho y el estado en el que estaban los cursos de agua", señaló el funcionario.
"No es sólo un problema hidráulico", es una de las premisas con las que se trabaja en la Agencia Ambiental, mientras se hacen estudios para que el sistema funcione mejor en su conjunto y se analizan políticas estratégicas para las zonas más damnificadas.
Por ejemplo durante estos días se estuvieron haciendo tareas simultáneas para eliminar obstáculos de los arroyos y remover la basura. La limpieza del arroyo El Gato concentra gran parte de esas actividades porque es considerado la cuenca más importante de la zona norte de la Ciudad y se anticipó que próximamente se instalará una barrera flotante de contención de basura.
"Lo que hacemos es para evitar inundaciones y también para aplicar políticas de saneamiento", dijo Federovisky. Además se puntualizó que habrá una lancha que estará en forma permanente, diseñada para poder recoger la basura. Así, se pretende evitar el efecto de una fuente de contaminación como es la basura que se arroja al curso de agua; luego se encarará un trabajo a mediano plazo para paliar las otras dos fuentes de contaminación que son los desechos industriales y los desagües cloacales, en los que se buscará realizar obras de infraestructura.
Por otro lado, la Municipalidad informó que se terminó la limpieza de los arroyos y que la dirección de Hidráulica también hizo tareas de dragado y perfilado.
Las obras comenzaron en marzo del año pasado y también participó la Dirección de Obras y Saneamiento Hídrico de la Provincia de Buenos Aires, dependiente del MIVSP (Ministerio de Infraestructura, vivienda y servicios públicos) y las delegaciones comunales.
La gran Cuenca Hidrográfica que conforman los distintos arroyos del Gran La Plata, cubren 29.542 hectáreas sobre un total de 940 Km2 que es la superficie total del Partido. El Gobierno provincial destinó para el saneamiento de estos cursos de agua, 11.940.834 pesos y licitó los estudios pos-saneamiento de los arroyos Maldonado; Rodríguez; Don Carlos; Carnaval; Martín y Del Gato.
Se trabajó en 31.420 metros de los arroyos Martín y Carnaval; arroyo Rodríguez, 19.300 metros; arroyo Del Gato, 23.850 metros, y Maldonado, 11.200 metros. También se sanearon el arroyo Rodríguez, desde vías ex FCGR hasta calle 501 (9.500 metros) y desde ex vías del FCRG hacia aguas abajo (9.800 metros); y el arroyo Martín: desde las vías del ex FCGR hacia aguas arriba hasta altura de calle 31 bis (3.820 metros).
Las secuelas en los barrios
"Nada vuelve a ser como antes. No te podés olvidar", sintetiza la familia Borrás a un año de haber sufrido el desastre de la inundación en su casa de 455 y 21. Un año atrás el agua cayó de golpe, en una hora y media un metro de lodazal cubrió todo y comenzó a arrastrar electrodomésticos, muebles, ropa y hasta recuerdos fotográficos que minutos antes estaban prolijamente atesorados en cajas. Pero fue cuando bajó el agua que tomaron conciencia de todo lo que ya no tenían.
"Buscás algo y no lo encontrás, después te acordás que desapareció con el agua o si no, lo tuviste que tirar después de la tormenta", contó María Teresa.
Raúl, su esposo, señaló que durante un mes tuvieron que dedicarse a limpiar y tirar lo que ya no servía: "teníamos 4 bibliotecas con enciclopedias jurídicas encuadernadas en cuero que son irrecuperables, no están, pertenecían a mi padre que era escribano; otras cosas hubo que tirarlas como por ejemplo algunos muebles y las alfombras. En la reconstrucción llevamos gastados unos 12 mil pesos, pero perdimos cosas que valen 5 veces más que esa cifra", afirmó.
La familia también está conformada por Yésica, Federico y Leonardo, sus hijos, que sufrieron un impacto muy grande después de la inundación. "El día del desastre Federico dejó de levantar cosas en casa para ir a socorrer a los vecinos, vivió situaciones muy fuertes que lo hicieron replantearse cosas, por ejemplo dejó de estudiar. Mi hija en su habitación quiso que le hiciéramos un ropero de material y guarda todas sus cosas bien alto. Todos cambiamos", concluye Teresa.
Foto: Archivo Programa Infoagua |
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