La falta de agua ya se hizo sentir en casi toda la población. El reclamo se generalizó y tiene como centro a la empresa responsable del servicio, Aguas de La Rioja, y al Gobierno ante la falta de inversiones que la comunidad reclama desde hace varios años.
Sin duda la falta del líquido empezó a sentirse en los últimos días en algunos sectores de la comunidad, pero desde el jueves último afectó de manera acelerada a la mayoría de los chamicalenses provocando hasta la desesperación de los habitantes de esta ciudad, sin que surjan respuestas oficiales a las insistentes reclamos de lo vecinos.
Los esfuerzos en la distribución, a través de camiones, por parte de Aguas de La Rioja sólo disminuye en parte la crítica situación, pero una vez más quedan al desnudo y en la memoria colectiva de la población, los justos reclamos por las obras de captación, conducción y almacenamiento del líquido que siempre fueron anunciadas y de las que nunca se concretaron.
Sólo basta mirar hacia atrás en el corto tiempo para reflejar los anuncios realizados en enero del 2006 cuando una crisis similar se abatió sobre esta agreste tierra de Los Llanos y que fueron atemperados con la suma (a las ya existentes) de dos perforaciones realizadas en el predio de la Fuerza Aérea de Chamical con fondos aportados por la Provincia.
El almacenamiento en la zona conocida como “Los Filtros”, camino a Polco, data de cincuenta años cuando la población de Chamical registraba algo más de dos mil habitantes, superada hoy con algo más de quince mil.
Los litros segundos necesarios en esa oportunidad para un normal funcionamiento, parecían hasta inalcanzables cuando técnicos y especialistas sumaban las captaciones de agua de la Sierra de los Llanos, y las cerca de nueve perforaciones que circundan la ciudad, incluida la centenaria galería filtrante del ferrocarril que había sufrido la peor baja en su caudal a decir por los más memoriosos y conocedores de la obra.
Un recorrido por las principales vertientes y los canales de conducción aportan como dato relevante, pérdidas y derroches de agua en diferentes sectores, que bien podrían ser captadas y reconducidas para su almacenamiento. Pastizales y otros elementos hacen que el líquido se pierda y hasta se desborden en algunos sectores y terminen siendo regadíos de campos en contraposición a la crisis.
La desviación por acueductos rurales con cañerías de buena proporción, termina siendo otro de los factores que se suman a la disminución del líquido con denuncias hasta de los propios vecinos por la existencia de casos de llenados de represas con agua potable, sin que éstos tengan la supervisión responsable de las áreas que correspondan.
Si a esto se le suma que las perforaciones realizadas en la Fuerza Aérea sirven para la reconstrucción de rutas y el servicio de una empresa privada, y sólo unas horas por día enviadas a la red, los resultados terminan siendo indefectiblemente los actuales y pocos esperados por los habitantes chamicalenses.
La consulta por el registro de lluvias arrojó como dato que no fue el de años anteriores, con zonas que no llegaron a superar los 200 milímetros en esta época del año, y con ello la consiguiente falta de recuperación de las napas y las vertientes.
Aún así la comunidad sigue persistente en su reclamo de lograr los esfuerzos necesarios por parte de las autoridades y de la empresa, para aumentar las captaciones, almacenamiento y redistribución del líquido de la mejor forma posible.
Algo que también se reclama y con insistencia a los representantes del pueblo más allá de reuniones, sin que esta vez repercuta en el seno del Concejo Deliberante donde parece que la crisis no motivó una sesión extraordinaria como ocurrió en el 2006.
Y como ejemplo, sólo basta ver el botón (o la gota que colmó el vaso) en las propias oficinas de la empresa Aguas de La Rioja en Chamical, que hasta el viernes se encontraban sin agua.
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