El "tarifazo" en el servicio de agua corriente -calificado como "recategorización" por el gobierno provincial- golpea fuerte en la Ciudad. Durante la jornada de ayer, decenas de vecinos de diferentes barrios platenses hicieron escuchar sus quejas por los masivos aumentos, que en algunos casos llegaron al 700 por ciento mensual; en la empresa ABSA se alegó que el ajuste afecta "a una pequeña porción de usuarios", y se admitió que no se evalúan mecanismos para atenuar su impacto.
En este contexto, muchos llevaron su descontento, boleta en mano, hasta las oficinas de Aguas Bonaerenses en la esquina de 5 y 49. Allí recibieron como respuesta muchas justificaciones y pocas esperanzas de poder esquivar el golpe al bolsillo. El enojo se tradujo, entonces, en advertencias de dejar las facturas impagas; y no faltó quien propusiera emular a los varelenses que como protesta tomaron la sede de la empresa estatal.
"Esto es un disparate" sentenció Estela Peruzzi, de 62 entre 26 y 27: "soy jubilada, cobro la mínima de 670 pesos y nunca me atrasé en el pago. Pero ahora voy a tener que destinar $76 para el agua... La verdad, me subió la presión cuando vi la boleta. Nos están ahorcando". Para Ana Alvarez, también jubilada, la única salida es no pagar "hasta que pongan medidores y todo sea más justo". La vecina de 7 y 72, a quien se le fue la boleta de 18 a 60 pesos, agregó que "encima, en ABSA no atienden el 0-800 ni por casualidad; se nota que no quieren enterarse de lo que pasa".
Como se sabe, el precio que el Estado le pone al agua domiciliaria y las cloacas no está directamente vinculado con los parámetros de consumo, sino con estimaciones basadas en factores urbanos -zona de residencia- y edilicios -superficie de las propiedades-. Esto lleva a que, por dar un ejemplo, una propiedad abandonada o desocupada pague lo mismo o más que otra en pleno uso.
Entre quienes se quejaron en ABSA estuvo Juan de la Cruz Vallena, cuya inquietud fue etiquetada como "consulta por readecuación tarifaria". Indignado, el vecino que deberá pagar 58 pesos en vez de los 11 habituales disparó: "podrán usar todos los adjetivos que quieran pero a la gente no la van a engañar".
A Américo Martín, de 13 "B" entre 472 y 473, la factura se le fue de 19 a 67 "después de un verano con servicio pésimo"; Daisy Chavero Seguí, de 18 entre 45 y 46, subrayó que "recién me aumentaron la jubilación y ya tengo que dedicar esa plata a pagar el agua"; Alejandro Portero, de 5 y 76, pasó de abonar $19 a $67, igual que Elda Reyes, de City Bell; Graciela Ferrer, de 58 y 22, recordó que "tenemos el agua marrón hace rato y nos quieren cobrar $76 lo que valía $11"; lo mismo le pasa a Julio Novarini, de 57 y 18.
La llegada de las facturas, al regreso de las vacaciones, descolocó y puso al borde de un ataque de nervios a muchos platenses, especialmente quienes cobran salarios mínimos o jubilaciones de igual índole; no pocos hicieron notar que de ahora en más -en lo que constituye un situación inédita- pagarán más por el agua y las cloacas que por el servicio eléctrico y la provisión de gas natural en conjunto.
El ajuste fue anunciado a fines de 2008, pero fue su publicación en el boletín oficial -en enero pasado- la que abrió las puertas para que se lo aplicara. El gobierno provincial sostiene que no se trata de un aumento sino de una "recategorización" de usuarios después de un atraso de 18 años, basada en la valuación fiscal que en 2005 se calculó para los inmuebles: "el costo del agua está directamente ligado al valor de la propiedad", se adujo. En ese plano, entran a tallar la ubicación geográfica -céntrica, periférica o rural- y los metros cubiertos.
Desde Aguas Bonaerenses se precisó que se mantendrá la "tarifa social" para 18 mil familias, y adelantó que se ampliará el beneficio a quienes acrediten la imposibilidad de pagar; también que seguirán vigentes las exenciones de pago para jubilados y pensionados que las soliciten.
DIEZ
Guillermo Scarcella, presidente de Aguas Bonaerenses S.A, desmintió que las tarifas se hayan incrementado: "La recategorización alcanza sólo al diez por ciento de los usuarios", aseguró.
Usuarios indignados
Lía Lascovsky (45 entre 5 y 6): "Vivo en un edificio, así que obviamente no tengo pileta, y no hago un gasto excesivo del agua. Pagaba 19 pesos, y ahora me quieren cobrar 48. Es una falta de criterio total, no se dan cuenta del momento que vive la gente y creen que le sobra la plata".
Miriam Delgado (22 y 60): "Nosotros alquilamos un departamento chico, y nos subieron la boleta de $11 a casi $49. Es difícil de absorber, sobre todo de manera tan brusca. Poner medidores sería más justo, para que cada uno pague lo que consume".
Mariana Zamora (47 entre 134 y 135): "No vivo en una zona céntrica, tampoco tengo piscina ni un consumo desmesurado; a pesar de todo, me subieron la factura un 600 por ciento, de 11 a 67 pesos. Para peor, no ofrecen ninguna alternativa. Es preocupante que se manejen con tanta ligereza con el bolsillo de la gente".
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