La mayoría de los concesionarios de los complejos del Dique de Ullum coincide en que en febrero pasado, visitó el perilago un 70 menos de personas que en el mismo mes de 2008. En el verano actual, el bajo nivel del agua acumulada, producto del llenado del nuevo dique Los Caracoles (aguas abajo), tuvo como consecuencia la prohibición de bañarse allí porque lodo y ramas quedaron expuestos a la superficie. Al no poder disfrutar de sus aguas, la gente se alejó de las playas del perilago. DIARIO DE CUYO realizó un relevamiento en 5 complejos de la provincia que reflejan esta caída en visitas.
Una de las playas más perjudicadas por la baja del agua es Costa Magna. Este camping no posee piscina y tiene pocos espacios verdes y árboles que den sombra. En febrero de 2008, unas 9.000 personas lo visitaron. Mientras que en febrero de 2009 sólo entraron 2.000, según Julio Daroni, concesionario de lugar. El tenía pensado construir 10 baños y un pozo para extraer agua. Pero al no recaudar lo pronosticado, porque menos gente se asociaba o pagaba la entrada, debió deponer la idea. Además, recalcó que tuvo que pasar de 3 guardias de seguridad a 1 y lo mismo sucedió con la cantidad de bañeros que disponía.
El embarcadero es el otro camping relevado que no tiene pileta, ni espacios verdes, ni abundantes sombras y también tuvo graves perjuicios por la sequía. De 1.800 personas que lo visitaron el segundo mes de 2008, cayó a 500 en el de este año. El concesionario Miguel Dávila dijo que en 2010 quiere seguir concesionándolo y que "espero que el problema se solucione pronto y que el año que viene no suceda lo mismo". Dávila tuvo que cambiar 2 guardavidas por varios carteles de Prohibido Bañarse.
Por su parte, el Palmar del Lago, que sí tiene pileta, pasó de 3.500 visitas a unas 1.500. "El gran problema es que los turistas mendocinos, rosarinos y porteños, que llegan casi al 10 por ciento de nuestros veraneantes, quizá el próximo año no vengan por lo que ven ahora", enfatizó Carlos Rodríguez, administrador del complejo. Desde el camping aseguraron que iban a construir 10 quinchos para la temporada venidera, pero que por la situación actual frenaron los proyectos.
Otro caso es el del complejo de la Universidad Nacional de San Juan, que pasó de 7.500 personas a 2.500 en sus playas. "Nosotros en los últimos días de enero, cuando comenzó a bajar el agua, no tuvimos tantos inconvenientes, porque sólo estaban en superficie piedras y no barro", comentó Juan Pablo Ruiz, quien administra el lugar. Pero hace poco más de dos semanas ya se veía el lodo que actúa como sopapa en los pies de quien lo pisa. El jueves pasado un bañero sacaba las boyas del suelo para guardarlas porque según él, "se terminó la temporada". Además comentó el hombre que los 4 guardavidas que comenzaron la temporada siguen trabajando allí, pero que ahora deben turnarse de a 2 por día.
La excepción a la baja tan pronunciada en visitas la mostró Howard Johnson. De tener un 90 por ciento de sus 120 plazas ocupadas pasó a solamente el 50 por ciento. Y los guarismos son similares en cuanto a las personas que visitaron el complejo sin alojarse en él. No obstante, desde el hotel afirman que a medida que la gente se va enterando de que bajó el agua y que está prohibido bañarse, cancelan su reservación.
Un dato que clarifica más la situación de estos campings que perdieron entre 200 y 300 metros de playa es que el primer domingo de enero de 2009, antes de que bajara el agua, hubo aproximadamente 7.700 visitantes. Y el penúltimo domingo de febrero, sólo hubo 1.710 personas, según palabras de los concesionarios.
En este contexto, los administradores de las playas del dique tenían planeado seguir organizando movidas a fin de elaborar un plan para pedirle al Gobierno de San Juan ayuda económica debido a la situación por la que atraviesan. Pero a la primera reunión sólo acudieron 2 concesionarios. De todos modos, la idea de solicitar un apoyo sigue dando vueltas por la cabeza de estos administradores, según comentaron los directivos de Costa Magna.
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