Un desborde cloacal afecta desde hace varias semanas a los vecinos de los barrios Salud Pública y Mercantiles, quienes en ocasiones no pueden siquiera abrir las ventanas de sus casas por los olores nauseabundos que brotan de lo que ya forma un arroyo de aguas servidas.
Las aguas verdes y grises brotan desde una boca de inspección de la red cloacal que atraviesa de punta a punta el cañadón emplazado en la margen norte del tercer puente de la ruta 7. Allí los líquidos no sólo generan los olores que impiden a los vecinos disfrutar de los últimos días de verano, sino que además ocasionaron el crecimiento de una frondosa vegetación y con ella la aparición de varios insectos y roedores.
"No sólo no se puede vivir así, porque cuando el olor es muy fuerte te termina haciendo doler la cabeza, sino que además es un caldo de cultivo para ratas y todo tipo de bichos que se están metiendo en nuestras casas", aseguró Laura, una vecina que vive frente al cañadón.
A través de las alcantarillas creadas para capturar el agua de lluvia, estas aguas servidas cruzan la ruta y terminan formando un arroyo de líquidos negros y malolientes que se extiende por cerca de dos kilómetros hasta ser absorbido por un alcantarillado.
Esa alcantarilla se ubica a sólo 80 metros de la bocatoma del sistema de agua potable Parque Industrial, un bombeo a través del cual se alimenta de agua a cinco barrios del norte capitalino.
Un desborde en esa red cloacal afectó en septiembre del año pasado al mismo sector, aunque en esa oportunidad la acumulación de líquidos y el tiempo transcurrido entre su colapso y su reparación fue tal que las aguas servidas terminaron cayendo a escasos centímetros del pozo que se utiliza para capturar el agua potable.
Ayer desde el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS) el organismo del cual depende la cañería pluvial y cloacal, se aseguró que trabajarán con rapidez para solucionar el inconveniente.
Los voceros señalaron que se estima que al igual que en el desborde anterior "debe ser porque se atascó la cañería con las cosas que tira la gente". Además precisaron que "de acuerdo a nuestros registros, nadie denunció en las últimas semanas ningún tipo de inconveniente en esa zona".
El desborde y colapso de las cañerías de conducción cloacales tuvo el año pasado varios episodios graves, cuando por ejemplo colapsó el sistema nodal que pasa frente al hospital regional. En ese momento, si bien desde el EPAS se acusó al nosocomio de arrojar residuos, también se anunció la realización de un estudio maestro para reestructurar todas las redes que conforman el servicio, informe que hasta el momento no fue presentado.
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