Como consecuencia de la mayor presencia de algas en el río Ctalamochita, el agua que se distribuye en las localidades del sudeste de la provincia y en el sudoeste de Santa Fe presenta desde hace varios días un sabor diferente al habitual, provocando que muchos consumidores dejen de beberla. De todas maneras, los representantes de la empresa mayorista que reparte el servicio aseguraron que los estudios realizados recientemente demuestran que no presentan contaminación ni reviste peligro para el ser humano.
Desde la Cooperativa de Trabajo Sudeste de Bell Ville, quienes distribuyen el servicio en la región, señalaron que observaron un proceso de algas diferente a lo que usualmente suele suceder en el final del verano. «El proceso de generación de algas se ha aumentado, por lo que se debió implementar una solución», indicó a la emisora regional Cadena Sudeste, Roberto Rodríguez, titular de la entidad.