La intensa lluvia caída ayer dejó dos muertos, causó estragos en cuatro provincias y obligó a evacuar a unas 600 familias en distintas zonas de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba y San Juan.
En Santa Fe, un hombre de 58 años y su hijo de 16 murieron electrocutados en la localidad de San Martín de las Escobas, ubicada a 80 kilómetros al suroeste de la capital provincial. Según informó Defensa Civil local, las víctimas tocaron un cable caído de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) tras el temporal y fallecieron en el acto.
Las autoridades municipales santafesinas informaron, además, que 100 personas de unas 30 familias decidieron evacuarse de sus viviendas y quedaron alojadas en forma temporaria en la parroquia San Francisco Solano de barrio Barranquitas, en la vecinal Ceferino Namuncurá de Yapeyú y en el comedor Los Grisitos de Pompeya.
En Santa Fe capital, el fantasma de la inundación por lluvia revoloteó nuevamente cuando más de un centenar de personas se autoevacuaron de barrios periféricos del oeste, los mismos que sufrieron los embates de la inundación de 2007. Fueron alojados en cuatro centros establecidos por la municipalidad. Tomaron la decisión de abandonar sus casas cuando ya no pudieron combatir el ingreso del agua y la realidad les recordaba las imágenes de la inundación pasada.
También pobladores del distrito de Alto Verde sufrieron la inundación de calles y cortes de luz. En ocho horas continuadas cayeron 160 milímetros sobre la ciudad, afectando también al transporte de pasajeros. Además de la gran cantidad de agua, un feroz temporal provocó la caída de árboles, destrozos de autos, calles anegadas e importantes daños en el tendido eléctrico de algunos barrios. El pueblo de San José del Rincón, ubicado sobre la Ruta provincial 1, se vio perjudicado por la obra de ampliación de la misma que hace meses está paralizada y que no permitía el normal escurrimiento de las aguas. Otra de las zonas más perjudicadas por el temporal fue la ciudad de Gálvez a 88 kilómetros al suroeste de Santa Fe, donde se registraron 290 milímetros. También al sur de Coronda el agua sobrepaso la carpeta asfáltica de la ruta Nacional 11 y la policía desvió el transito hacia la autopista que une Santa Fe con Rosario.
Pero la mayor cantidad de evacuados fue en Paraná, capital de Entre Ríos, donde las autoridades declararon el estado de emergencia a raíz del desborde de arroyos, el anegamiento de calles, la caída de árboles y cables, y la inundación de viviendas, lo que motivó la evacuación de más de 500 familias. Según registros de la Dirección de Hidráulica de la provincia, la precipitación fue de 200 milímetros en apenas 10 horas. Por eso el intendente José Carlos Halle dijo que "en términos generales la situación es grave".
Pero no sólo la capital de Entre Ríos resultó afectada por el temporal. También se registraron problemas en localidades cercanas como San Benito, Oro Verde y Viale, al igual que en otras más distantes como Larroque y Gualeguaychú.
En Paraná, los damnificados fueron trasladados a seis centros de evacuación. Sin embargo, la tarea no resultó sencilla. Muchos vecinos afectados por la tormenta se resistieron a abandonar sus viviendas por temor a saqueos. Desde la Subsecretaría de Políticas Alimentarias de la provincia se dispuso el envío de 2.000 raciones para asistir a los evacuados.
La lluvia comenzó a la 1.30 y se extendió durante 11 horas, lo que dificultó las tareas de ayuda.
A raíz de las intensas precipitaciones ayer se suspendieron las clases en todos los niveles y modalidades de la educación. Una maestra fue arrastrada por la correntada cuando iba a clase. A eso se sumó el tránsito restringido durante horas por las rutas 11, 18 y 32, que vinculan a Paraná con el sur, el este y el norte, respectivamente.
En Córdoba hubo una veintena de familias evacuadas y cerca de Carlos Paz la crecida afectó a los vecinos en plena noche y sin alarmas previas.
En San Juan, un centenar de personas fue evacuada en la localidad de Astica, en el este de la provincia, donde se produjo la crecida de ríos y el corte de algunos caminos.