“Hay cosas que no se entienden. Por ejemplo este aumento. ¿Qué criterio utilizan? Yo pasé de pagar $ 19,42 a $ 58,07, y son más los días que no puedo ni bañarme porque la poca presión hace que el agua no llegue al tanque. En la calle hay pérdidas por todos lados. Deberían poner medidor y cobrar por consumo. Que pague más el que gasta más. El barrio está llenó de piletas y todos terminamos pagando lo mismo”, exclamó Meliano Aguaisol, vecino de 81 entre 1 y 2, mientras esperaba ser atendido en la oficina de ABSA.
Pero este vecino no fue el único que ayer se acercó hasta la esquina de 5 y 49, donde -según sus propios voceros- “la compañía atiende todos los reclamos”.
Durante toda la mañana el desfile de quejas no se detuvo un solo segundo y en varios momentos la oficina se vio desbordada. Lejos de escenas ásperas o histéricas, todos aguardaron en orden su turno para protestar contra el tarifazo.
En lo referido a la instalación de medidores -pedido que relizan algunos usuarios-, desde la empresa indicaron que “todo aquel que quiera pasar al servicio medido puede hacerlo, sólo debe solicitarlo y pagar los costos de instalación. No está prevista la instalación masiva de medidores”.
Por todos lados
El aumento fue generalizado y alcanzó a todos los usuarios, a esa conclusión puede arribarse con sólo escuchar la catarata de reclamos que se vienen sucediendo desde hace 10 días. Todos sufrieron algún tipo de recargo. Los más afortunados el 100%, otros casi el 900%, como Laura, vecina del barrio Norte platense. “Pasé de pagar $ 12,04 a
$ 104,08. Fui hasta la empresa y lo único que hacen es tomar el reclamo. No hay nadie que se haga responsable ni explique el motivo de semejante aumento. La única respuesta que obtuve fue: “Tiene que esperar, pague los dos meses y si se resuelve retrotraer el aumento se le devuelve la diferencia. Mi hermana vive en Berisso, en la zona del barrio Universitario, y pasó de $ 11 a $ 99. Es increíble y nadie hace nada”.
El servicio de agua no está medido, por eso los aumentos a los usuarios les resultan arbitrarios. Tan arbitrario como que desde este año el servicio de cloaca cueste exactamente lo mismo que el del vital elemento. “La verdad que cuando vi la boleta tuve ganas de reírme. Parecía un chiste. Ahora cobran una fortuna por las cloacas y viven tapadas o rebalsando”, comentó Gladys, vecina de plaza Yrigoyen, mientras esperaba que su número saliera favorecido, no en la lotería, sino para ser atendida.
¿Fondos para el Ocaba?
Otro factor de descontento entre los usuarios que se acercaron hasta ABSA fue la aparición de un monto fijo destinado a Ocaba. “No es mucho, son $ 3,45, pero antes no se pagaban. En el total pasé de $ 62,11 a 108,60. Para colmo, el pésimo servicio de cloacas se duplicó y nadie hace nada”, dijo Cristina, vecina del casco urbano.
“Ese monto existe y alcanza al 4%. Pero ese monto no queda en ABSA, sino que se deriva a ese organismo”, aclararon voceros de la compañía.
Lo llamativo es que la entidad recauda una cifra variable que reenvía al organismo, que tiene como “misiones y funciones la defensa de los intereses de los usuarios, atendiendo los reclamos de los mismos”.
Marchas contra el tarifazo
Bajo la consigna principal No al tarifazo, un grupo de vecinos de La Plata se movilizó en la tarde de ayer, en la intersección de las calles 7 y 50. Este hecho coincidió con la “marcha de velas” que partió de la plaza de los Dos Congresos hasta llegar a la porteña Plaza de Mayo. Mientras que el interior bonaerense tampoco fue ajeno a este tipo de protestas, lo sucedido en la ciudad de Lincoln es una muestra de ello.
El reclamo fue acompañado por el pedido de anulación del aumento de tarifas y la realización de un estudio de costos de las empresas.
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