Tres personas permanecían anoche desaparecidas por el volcán de agua y barro -tal como se denomina a este tipo de aludes- al producirse un desmoronamiento en un cerro, como consecuencia de las intensas lluvias caídas en vastas zonas del departamento Santa Victoria, en la comunidad del Campo de la Paz, cerca del río Hornillos.
Según agregaron las fuentes policiales, la zona afectada, a 580 kilómetros al norte de esta capital, está dominada por cerros de unos 5000 metros de altura, que no posee caminos ni comunicaciones, por lo que, al cierre de esta edición, los rescatistas no habían podido llegar a la zona del desastre.
En Santa Victoria, la cabecera departamental, con alrededor de 7000 habitantes había mucho temor porque en un cerro vecino llamado Lagunilla se verificó gran acumulación de agua. Anoche, la tormenta continuaba en las cumbres, lo que podría provocar otro derrumbe en localidades más densamente pobladas.
Las primeras noticias sobre el desmoronamiento las dio ayer al mediodía un enfermero, según reportó Defensa Civil, que brindó las identidades de las personas desaparecidas. Se trata de Marcos Tejerina, de 71 años; Micaela Tolaba, de 9, y Micaela Gaspar, 10 años, quienes viven en ese paraje. Los tres fueron sorprendidos por el volcán de lodo que se produjo alrededor de las 13.20.
Defensa Civil procura determinar si hubo otras víctimas, aunque en esa región montañosa, las casas de adobe con techo de paja o chapas están separadas a más de 200 metros.
El coordinador de Defensa Civil Lucio Ganami informó a LA NACION que desde Tartagal se trasladó en helicóptero, pero que no pudo ingresar en esa zona de montaña por las intensas lluvias.
Ayer una patrulla a cargo del subjefe de policía, comisario general Mario Paz, partió por tierra a la zona del desastre para realizar una evaluación, pero sólo llegaría a la madrugada. Paz dijo que las comunicaciones recibidas daban cuenta de que continuaba lloviendo, por lo que recién cuando llegaran al lugar tendrían un panorama más claro.
El padre Carlos, de la parroquia de La Quiaca, en Jujuy, distante 70 kilómetros al este del lugar y única vía de acceso, explicó que se trata de cerros volcánicos en medio de valles profundos, en los que con frecuencia se producen desmoronamientos. "Los lugareños, cada tanto, deben trasladar sus viviendas", comentó con preocupación el religioso.
|
|
|