Una nueva sequía en la selva de la Amazonía haría que esta pierda su capacidad para absorber el dióxido de carbono (C02) y se transforme, más bien, en un emisor letal de este gas de efecto invernadero, lo que sería devastador para la vida en la Tierra.
Esta es la advertencia emitida esta semana por 68 científicos de 13 países tras un análisis de estos bosques primarios, considerados como “pulmón del mundo”.
El Amazonas comprende más de la mitad de todas las selvas tropicales del mundo y absorbe casi 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono al año. Por ello, este equipo internacional tiene 30 años monitoreando sus bosques.
Como parte del estudio, en el 2005, los biólogos le siguieron el pulso a una sequía considerada como la más fuerte en los últimos 50 años. Este fenómeno natural causó la muerte de una gran cantidad de árboles y la liberación de unos 5.000 millones de toneladas de C0 2 , es decir, miles de millones de toneladas más que todas las producidas por Europa y Japón en un año. “Así, una sequía puede transformar el ‘pulmón’ en ‘chinenea’”, dicen los expertos.
“Este hallazgo resalta la importancia de luchar contra la deforestación, pues esta contribuye con la emisión de gases de efecto invernadero y con el cambio climático”, dijo Oliver Phillips, de la Universidad de Leeds en Inglaterra. |
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