Aprovechar el agua del acuífero Guaraní para el consumo humano resultó “la solución” en Cerro Azul, en la zona de San Isidro de Posadas y en Oberá. En esta última localidad gestionan la realización de un segundo pozo para cubrir la demanda de los usuarios y destinar parte también al Parque Termal. En las dos primeras localidades se reconoce que el sistema de perforación resulta más caro que el tradicional, a diferencia de Oberá, que plantea que resolverá la problemática del suministro y a un precio menor que si se realizaba una toma de agua en otro arroyo.
En Posadas, desde fines del año pasado unos 3000 usuarios residentes en barrios construidos por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) reciben agua de una perforación al acuífero, cuyas instalaciones se encuentran al sur de la avenida 213, Alicia Moreau de Justo. Esta perforación estuvo a cargo del Iprodha, aunque ahora es explotada por el Servicio de Aguas de Misiones Sociedad Anónima (Samsa).
En Posadas sostienen que la producción y distribución de agua potable desde la perforación al acuífero tiene un costo más elevado que el proceso de captación, potabilización y distribución desde una fuente superficial. Esto se debe al acondicionamiento químico que debe recibir el agua extraída de perforación e influye en mayor medida en los costos de energía y personal, aunque desde Samsa aseguran que ese mayor costo es absorbido por la prestataria y no se traduce a la tarifa de los usuarios que desde ahí se abastecen. De igual manera, destacan que es una solución a la demanda en esa zona de la ciudad.
Gaspar Dudek, presidente de la Cooperativa de Agua Potable de Cerro Azul (Capcal) señaló a El Territorio que este pozo (por el de su localidad) “fue el primero de la Argentina que se construyó destinado directamente al consumo humano”.
Indicó además que el tratamiento que deben darle al agua es casi nulo, debido a que sale a la superficie con una temperatura que oscila entre los 30 a 34 grados centígrados y es enviada a una cisterna que posee la cooperativa. Se le agrega solamente flúor y un poco de cloro, lo que, según indicó Dudek, “permitió ahorrar en productos químicos que se utilizaban en la planta de tratamiento”. Aunque Dudek admitió que “de 3 mil pesos pasamos a consumir más de 11 mil en energía eléctrica”, y dijo que se le hacía difícil a veces sostener los costos fijos de la cooperativa. “El esfuerzo bien vale la pena por el mejoramiento de la calidad de vida de los que consumimos un agua de buena calidad”.

Producción
La producción máxima por día de la perforación de San Isidro es de 5.746 m3 y puede llegar a abastecer en total a 5000 viviendas.
Después de la obtención del agua, según técnicos de Samsa, se realiza un acondicionamiento de pH con el agregado de CO2 (Dióxido de Carbono) y también se realiza la desinfección con hipoclorito de sodio.
El sistema de almacenamiento cuenta con 4 cisternas de 600 m3 cada una y un tanque elevado de 400 m3, a su vez existe una estación de bombeo con tres equipos electromecánicos, dos de ellos para el bombeo permanente y un equipo de respaldo. En la perforación de San Isidro el agua se encontró a 610 metros de profundidad a una temperatura de 39 grados.
En Cerro Azul, donde funciona desde mediados de 2007 la perforación, son 750 las familias que consumen exclusivamente agua extraída del acuífero Guaraní mediante una perforación de 539 metros que le permite a la cooperativa obtener para la cisterna 32 mil litros por hora para abastecer los 400 metros cúbicos que en promedio utilizan los usuarios de la “Capital del Durazno”.
“Somos privilegiados; mientras en otras partes se tiene que consumir agua de muy mala calidad, en Cerro Azul tenemos agua casi mineral”, dijo Dudek.
La bomba de succión está alojada a 260 metros del nivel del suelo y el pozo ya tiene agua a los 90 metros de profundidad, lo que genera la tranquilidad de las autoridades de la cooperativa de contar con un caudal sobre la bomba de 170 metros que garantiza la presión necesaria para que el mecanismo funcione correctamente y bombee el agua.
La materia pendiente son los barrios periféricos, por ello la entidad tiene como objetivo ampliar la red en unos 16.000 metros para abastecer a unas 120 familias que viven en los barrios El Lapacho y Villa Ceballos.

En Oberá dicen que es más barato y la mejor opción ante la escasez
“La situación del agua es crítica y creemos que otra perforación al acuífero Guaraní es la mejor alternativa para abastecer a los obereños”, señaló a mediados de la semana que pasó Orlando Pellegrini, presidente a cargo de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo).
Con este argumento, corroborado a diario por los habitantes de esta localidad, las autoridades de la entidad dieron a conocer la firma del contrato para la concreción de una segunda perforación del acuífero Guaraní en el predio de la planta de potabilización de la entidad.
El principal argumento para justificar la obra radica en los costos, ya que la misma demandaría una inversión de 410 mil dólares, en tanto que otro tipo de emprendimiento aumentaría notablemente los costos.
“Hacer una toma sobre otro arroyo cuesta mucho más caro y es mucho más lenta que la perforación del acuífero”, explicó al respecto Armando Avancini, gerente general de la entidad.
Otra alternativa que se barajó años atrás fue una toma en el río Uruguay, obra que demandaría alrededor de diez millones de dólares, un costo impensado de afrontar para la endeble economía de las cooperativas eléctricas.
En tanto, los estudios de factibilidad señalan que una nueva segunda perforación del acuífero permitirá captar entre 100 y 150 mil litros de agua por hora, ampliando en alrededor del 25 por ciento la capacidad de distribución.
Pellegrini explicó que en la actualidad el 25 por ciento del agua que consumen los obereños proviene del acuífero Guaraní, aunque un solo pozo es insuficiente debido al creciente consumo.

Optimizar el caudal
“Este nuevo proyecto surge ante la necesidad de contar con un mayor caudal de agua potable para los usuarios de la ciudad de Oberá”, reconoció.
Además, hizo hincapié que “en diversas zonas de la ciudad hace falta mayor presión, y también se requiere la ampliación de redes en sectores que no cuentan con el servicio”.
En ese sentido, mencionó a Villa Kleiven, Villa Torneus, Bella Vista y Barrio Ecológico como los barrios más necesitados, y reconoció que entre el 25 y 30 por ciento de los obereños no cuenta con agua potable.
Por su parte, Avancini explicó que “solucionada la cuestión de la bomba (del primer pozo) y los resultados alcanzados, se decidió avanzar sobre un segundo pozo del acuífero Guaraní”.
La nueva perforación, tras cumplimentar los requisitos requeridos por el Ministerio de Ecología, se concretaría en terrenos de la planta de potabilización, lo que facilitará el proceso. “Esperemos que para el próximo verano esté funcionando la bomba del segundo pozo”, especuló Avancini.
Actualmente, la red local se abastece con 500 metros cúbicos por hora provenientes del arroyo Ramón y otros 100 mil litros del acuífero Guaraní.