Las termas de Almirón se proponen salir del "anonimato". Sus aguas salinas de propiedades terapéuticas las hacen prácticamente únicas en el mundo. La Junta Local lanza una estrategia para colocarla como destino turístico.
Sobre la Ruta 90, a 84 kilómetros de la capital sanducera y a seis de Guichón, está el complejo termal Almirón. Poco conocido, el complejo cuenta con aguas que lo hacen único en el continente y raro en el mundo, por su salinidad y propiedades terapéuticas.
A fines de 2008, la intendencia transfirió su administración a la Junta Local de Guichón y sus nuevos administradores procuran finalmente consolidarlo como un centro turístico.
El propósito es hacer más visible el complejo, actualmente relegado del itinerario termal tradicional y captar el interés de inversores y prestadores de servicios para mejorar su infraestructura. Para ello, la Junta Local propuso una serie de acciones que integran el Plan Estratégico de Desarrollo Turístico de Guichón, que incluye el fortalecimiento del turismo ecológico en la región. Los guichonenses también esperan que en poco meses, los cercanos bosques del Queguay-Rincón de Pérez sean incluidos en el Sistema de Áreas Protegidas.
La historia de Almirón se remonta a 1957. Una compañía americana buscaba petróleo y en su lugar surgió agua caliente. La comunidad guichonense advirtió la posibilidad de crear allí un espacio recreativo y más tarde, un centro turístico que aportara a su economía. Desde entonces, relata el presidente de la Junta Local Danny Silveira, los vecinos no han dejado de bregar por su desarrollo.
Para Silveira existen varios factores que conspiran para que Almirón sea casi desconocido. Está desviado del eje de la Ruta 3, donde está el resto del Corredor Termal del Litoral, pero por sobre todo pesa el "concepto cultural" de que "las termas de Paysandú son las de Guaviyú".
Como comprobación del hecho citó una encuesta realizada hace algunos años que revelaba que el 70% de los sanduceros no conocían esas termas.
En poco tiempo se instrumentará un nuevo procedimiento de reciclaje del agua termal, para no sobrecargar la presión del pozo y evitar el desecho de 30.000 litros de agua salada al arroyo Guayabos.
A mediados de 2009 se espera estar en condiciones de aspirar a la certificación del centro con la norma internacional ISO 14001, que lo convertiría en el primero de América en estar normatizado con tales exigencias de control de calidad ambiental y procedimientos.
Según lo previsto, en pocos días se pondrán a la venta solares para la construcción de moteles y casas particulares, mientras se estudia la posibilidad de construir un nuevo parador.
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