El Bermejo anoche seguía creciendo. A la altura de Los Toldos alcanzaba los 8 metros. El Pilcomayo bajaba.
El Bermejo seguía creciendo anoche alimentado por las intensas precipitaciones ocurridas en las últimas horas. El estado de la creciente obligó a cerrar el paso en chalanas, entre las localidades de Aguas Blancas (Argentina) y Bermejo (Bolivia), para alejar del peligro a las centenares de personas que diariamente utilizan ese medio de transporte para cruzar a uno y otro lado. No sólo eso: otros afluentes importantes del departamento Orán, como los ríos Blanco y Pescado, bajaban también con mucha agua.
La Subsecretaría de Defensa Civil de la Provincia tenía confirmado que el cauce alcanzaba los 8 metros en la estación de aforo de Balapuca (instalaciones que miden flujos), ubicada en línea recta a Los Toldos, y los 4 metros en Aguas Blancas. "Estamos esperando la crecida del Bermejo. Posiblemente mañana (por hoy) llegará a Embarcación, pero esperamos que no provoque desbordes ni problemas a la gente", informó a El Tribuno el jefe de Operaciones del organismo, Lucio Ganami.
El pronóstico mejoró ayer al cesar el alerta meteorológico para el este y centro de Salta. A pesar de esa noticia, y de que para hoy sólo se esperan precipitaciones aisladas, la Comisión Regional del Río Bermejo, en su página web, recomienda "mantener avisadas a las poblaciones ribereñas del sector". El cese de las lluvias en esa región del país y en Bolivia es lo único que descomprimiría la situación y devolvería tranquilidad a los poblados que sufren cuando el río crece. Otra era la situación ayer con el río Pilcomayo porque 24 horas después de haber alcanzado los 6,30 metros en Misión La Paz, el caudal anoche seguía en baja y en esa misma localidad -perteneciente al municipio de Santa Victoria Este- la cota estaba en 3,60 metros y en 2,54 metros en Villamontes.

Evacuados y rutas cortadas
La crecida del Pilcomayo obligó a las autoridades a evacuar a cinco familias del Kilómetro 2 porque la creciente se llevó sus precarias casas. Se trata -informó Ganami- de unas 18 personas que se quedaron sin un techo y que tuvieron que acomodarse con vecinos y en lugares acondicionados por el municipio de Santa Victoria Este.
A pesar de que el agua estaba bajando, anoche la ruta provincial 54 continuaba cortada, por lo que la gente debía caminar horas para llegar hasta Santa María para poder tomar allí un medio de transporte para trasladarse hasta la Capital o cualquier otra localidad. "El único problema fue con esas familias porque en enero, cuando se registró el primer desborde, 36 grupos familiares de La Estrella fueron reubicados en terrenos más altos", puntualizó el jefe de Operaciones de Defensa Civil.

Desconfianza de los pobladores
Alejandro García, vecino de Santa Victoria Este, no confía en el Pilcomayo. Es que muchas veces el río les hizo iniquidades: con el agua hasta el cuello, más de una vez quedaron acorralados y más de una vez también tuvieron que esperar ayuda por vía aérea porque no había otra forma de llegar.
La situación anoche era diferente porque el río estaba bajando, pero como las lluvias persistían en la zona, García y sus vecinos seguían preocupados. Para llegar a la Capital, el hombre tuvo que caminar más de cinco horas desde Santa Victoria Este hasta Santa María para recién ahí tomar una camioneta. "En estos momentos (por anoche) el río está bajando, pero los caminos siguen intransitables. Allá llovió ayer durante la tarde y la noche, y sigue lloviendo como aquí", comentó García a El Tribuno.