El suministro de agua potable de la mitad sur de la provincia de Alicante está en manos de la Mancomunidad de los Canales del Taibilla (MCT). Este organismo abastece a una población estable de 2,5 millones de habitantes (que se disparan por encima de los 3 millones en verano) distribuida entre 79 municipios de la cuenca del Segura. De ellos, 34 están en la Vega Baja y el Bajo y el Medio Vinalopó, otros 43 pertenecen a Murcia (toda la Región excepto Yecla y Jumilla, en la comarca del Altiplano) y los dos últimos -Férez y Socovos- son de la provincia de Albacete. También hay entidades mancomunadas como AENA, la Confederación Hidrográfica del Segura o las propias Fuerzas Armadas, entre otras, aunque su incidencia en la demanda es insignificante.
La MCT cerró el año 2008 con un consumo total de 212 hectómetros cúbicos, un 6% menos que en 2007. Ese ejercicio fue el primero que el organismo consiguió cerrar con un consumo menor que en el precedente. Suministró exactamente 226 hectómetros cúbicos de agua potable, uno menos que el año anterior.
Sin embargo, el año pasado ese recorte en la demanda ya no fue tan testimonial. Los 14 hectómetros cúbicos de diferencia que hay entre uno y otro ejercicio equivale aproximadamente a la cantidad de agua que consume al año una población del tamaño de Callosa del Segura, con un censo de entre 15.000 y 20.000 habitantes.
Desde el organismo que preside Isidoro Carrillo se inclinan más por atribuir ese significativo descenso a una conjunción de factores que ligarlo exclusivamente a la crisis económica, aunque admiten que "la crisis del ladrillo se tiene que notar por fuerza, porque es un sector que demanda exclusivamente agua potable de calidad". Aunque las mismas fuentes son reacias a facilitar información desglosada por municipios para comprobar la incidencia real de esos consumos en las zonas que más se han desarrollado urbanísticamente en los últimos años, la relación causa-efecto es obvia.
El sector industrial tampoco le va a la zaga, ya que salvo contadas excepciones, también se abastecen de agua potable y, como la construcción, tampoco atraviesa su mejor momento.
En cuanto a la reducción de la demanda doméstica, en la Mancomunidad también son conscientes de que la crisis económica ha podido tener un efecto directo en el ahorro. Muy a su pesar, bastante mayor incluso que las campañas informativas que con cierta periodicidad ponen en marcha tanto este organismo y el Ministerio de Medio Ambiente como las distintas administraciones locales y autonómicas para concienciar a los ciudadanos de que el agua es un bien escaso por estos pagos.
Otro dato significativo es que casi un tercio de los 212 hectómetros cúbicos consumidos era agua desalada, ya que las principales plantas desalinizadoras en servicio (Valdelentisco, San Pedro del Pinatar I y II, Alicante I y II fundamentalmente) produjeron el año pasado un caudal total de 70 hectómetros cúbicos (10 más que en 2007), según los datos facilitados por la MCT.
Las aportaciones que más se han incrementado son, no obstante, las del propio río Taibilla, ya que de un año a otro casi se han triplicado al pasar de 13 hectómetros cúbicos en 2007 a 34 el año pasado.
Por el contrario, las transferencias del trasvase Tajo-Segura se han reducido, aunque menos de lo que la estadística pueda indicar en bruto, sin leer la letra pequeña. El año pasado, entre el acueducto y las aportaciones extraordinarias sumaron 108 hectómetros cúbicos, de los cuales, unos 70 procedían de trasvases directos.
No obstante, a esa cantidad habría que sumarle también la práctica totalidad de las aportaciones extraordinarias (38 hectómetros cúbicos), ya que en este capítulo se incluyen los casi 37 hectómetros cúbicos que la Mancomunidad de Canales del Taibilla compró a la comunidad de regantes del Canal de las Aves de Aranjuez para garantizar el suministro durante el tramo final del pasado año hidrológico.
Quedan más de ocho meses por delante para ver cómo va a evolucionar la demanda de agua potable de los municipios este año, pero a tenor de las nulas perspectivas de que el sector de la construcción remonte el vuelo y con la actividad industrial también atenazada por la crisis, las posibilidades de que el descenso en el consumo sea todavía más acusado que en el pasado ejercicio 2008 son bastante elevadas. Casi una certeza |
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