Tras q’oar y ch’allar el Martes de Carnaval el nuevo tanque de agua que la Alcaldía de Cercado les construyó, las 50 familias que viven en la OTB Rosedal (zona de Coña Coña), vieron frustrado su sueño de servicio permanente, tras conectar las tuberías y comprobar que el agua chorreaba incesantemente a través del piso del tanque elevado.
“Parecía una ducha”, recordó Claudia Ramírez, miembro del Comité de Agua de esa zona, secundada por los vecinos, que contaron que, además, se les estropeó la antigua bomba que usaban para proveerse de un viejo tanque, que sólo les proporcionaba agua tres horas por día.
Este medio buscó la explicación de la Alcaldía sobre este asunto, pero el oficial mayor técnico, Hernán Orellana, dijo que era competencia de la Comuna Molle, pero el subalcalde de ésta no pudo ser ubicado, pese a que se lo llamó varias veces a su celular.
La historia, según cuentan los vecinos, comenzó en 2007 con la entrega de un módulo policial en esa zona, que demandó mayor provisión de agua, lo que obligó a la construcción de un nuevo tanque.
El módulo está justo en un inmenso predio destinado a un parque, que debía estar incluido en el presupuesto edil de ese año, aunque no hay señales del inicio de obras.
Unos metros más allá, entre malezas, escombros y basura que tiran los vecinos, se levantan las dos estructuras de concreto, un pequeño tanque antiguo y el nuevo al que los vecinos pintaron en grandes letras negras “obra mal ejecutada”.
La obra debió ser entregada con revestimiento y tuberías, a un costo de 80 mil bolivianos, de acuerdo a un compromiso suscrito por las autoridades ediles en octubre de 2007 con los dirigentes vecinales.
“Pero las tuberías las pusimos nosotros, colocando 160 bolivianos cada una de las familias, porque sino, nunca hubiéramos podido hacer uso del tanque, pero igualito no funciona”, dijo otro vecino.
El compromiso incluye la perforación de un nuevo pozo que alimente el tanque, cuya construcción no empezó.
“La situación es dramática por la forma precaria en la que vive la gente, a 3 kilómetros y medio del centro de la ciudad, donde al lado hay un importante establecimiento de niños que salen a jugar a un lugar totalmente insano”, dijo el concejal Jhonny Antezana (NFR), que organizó la inspección al lugar.
Un barrio con muchos problemas
Sin colectores
La zona no tiene colectores de agua ni desagües pluviales. Los meses de lluvia los vecinos soportan inundaciones de hasta 70 centímetros.
Zanjas
La Subalcaldía de la Comuna Molle ejecutó, con el Plan Nacional de Empleo, unas zanjas en el parque para entubar el agua que se acumula y sacarla de allí, pero los trabajos quedaron inconclusos
Peligros
A falta de iluminación, por las noches, los vecinos que transitan por el lugar corren un serio riesgo de caerse a las zanjas, que ya ha ocasionado la torcedura de pies de varios niños. |
|
|