La reforma de la ordenanza 3012, que regula los usos del suelo y las urbanizaciones en la Vega Plana, está próxima a su tratamiento en el Deliberante, una vez que concluyan los informes que realizan expertos contratados por el municipio para llevar adelante los estudios y propuestas de trabajo.
Se trata de un área sensible para el desarrollo de la ciudad, ya que en ella se encuentran humedales que actúan como reguladores hídricos naturales, pero están sujetos a la permanente presión de las urbanizaciones.
En ese contexto, la Comisión de Planeamiento del Concejo Deliberante recibió al equipo técnico de la Secretaría de Planeamiento y Desarrollo Sustentable, encabezado por Sara Castañeda, y a los arquitectos Sprech-man, Capandeguy y Gaviño, quienes informaron a los ediles sobre las investigaciones y estudios realizados.
Como se apuntó, la titular de la cartera dijo que el informe se encuentra en la fase final, por lo que la redacción del proyecto de norma se elevará en breve al cuerpo legislativo para su análisis.
En ese marco se realizaron numerosos trabajos de campo en la áreas de la Vega Plana y los faldeos del Chapelco, y se analizaron el desarrollo natural y los efectos de la intervención humana desde la sanción original de la normativa, a la vez que se elaboraron varios mapas de situación.
Así, se delimitaron zonas de riesgo de inundabilidad, áreas de amortiguamiento, áreas "buffer" o de transición a conservar, lo que permite visualizar claramente las diferentes características de los suelos y su capacidad urbanizable.
El mapa hidroambiental muestra cuatro sectores bien demarcados, que van desde la "zona de tutela", donde se encuentran humedales y áreas con cauces de agua de imperiosa necesidad de conservación y sin ningún tipo de intervención; hasta la "zona de alta aptitud urbanizable", que permitirá la posibilidad de intervención.
Los arquitectos consideraron importante conservar y perfeccionar el sistema por el cual tendrán lugar las intervenciones de los diferentes desarrollos en la zona, que pueda controlar, cuidar y minimizar el riesgo hidroambiental de la intervención humana y dejar que la naturaleza actúe y se autocontrole. Desde la Secretaría de Planeamiento indicaron que se generará una minuciosa base de datos a partir de la adquisición de mapas satelitales.
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