El mayor riesgo se cierne sobre las provincias de Heredia y Alajuela, donde está localizado uno de los acuíferos más importantes: el Colima Superior.
De este acuífero se abastece más de un millón de personas, habitantes del centro de San José.
Las zonas costeras del país también enfrentan una amenaza importante por el auge en las construcciones y el aumento en el uso de tanques cerca de la playa.
Esta modalidad para almacenar los lodos sépticos (que salen de los inodoros con materia fecal) ha cobrado auge en el país.
Tanto que la cobertura con tanques sépticos pasó de 60% en el 2000 a 71% el año pasado, según informó Acueductos y Alcantarillados (AyA) ayer.
Lo anterior quiere decir que poco más de 3,7 millones de ticos utiliza esta técnica para disponer de sus aguas negras.
Estas personas carecen de un sistema de alcantarillado sanitario que les permita conectar su residencia a una red capaz de llevar estos residuos hasta una planta de tratamiento.
Actualmente, solo el 3,6% de la población cuenta con un alcantarillado aceptable que le garantiza un tratamiento adecuado a sus lodos sépticos.
Riesgo. El aumento en la cobertura de saneamiento básico (aguas negras) a través de tanque séptico, lejos de ser considerado un éxito es visto como un retroceso y una amenaza por las autoridades de AyA.
Esta institución reconoce en su último informe sobre calidad del agua en el país –análisis correspondiente al 2008–, que la cobertura de la población con alcantarillado sanitario bajó de 31% a 25,6% entre el 2000 y el 2008 “debido a la poca inversión ejecutada”.
El presidente ejecutivo del AyA, Ricardo Sancho, explicó que el aumento –hasta el año pasado– en la cantidad de construcciones que hacen uso de tanques amenaza las aguas subterráneas, cuya calidad se podría comprometer para el futuro ante eventuales filtraciones de materia fecal.
Para la Gran Área Metropolitana (GAM) se trabaja en el proyecto de alcantarillado sanitario, que dará cobertura en una primera fase a un millón de habitantes.
Según Sancho, se espera que la planta de tratamiento esté construida a finales del 2012. Tendrá un costo cercano a los $55 millones y forma parte de un proyecto mayor de $230 millones.
Puente. Pero mientras esto sucede, AyA se alista para proponer un plan nacional de manejo de lodos residuales, que será presentado el 24 de marzo.
En ese plan está incluida la construcción de siete plantas de tratamiento (una para cada provincia), por un monto de $12 millones.
La inversión es para la tecnología básica, aclaró Sancho.
Acueductos y Alcantarillados, además, pretende convertir la recolección de lodos sépticos en un servicio de carácter público.
Hasta ahora, este ha sido un servicio que dan empresas privadas, con el agravante de que no hay ni una sola planta dónde llevar esos lodos altamente contaminantes.
Según Sancho, este cambio se haría por decreto ejecutivo y mediante otras normas de naturaleza reglamentaria.
Es objetivo de AyA crear un sector de saneamiento básico y agua potable, dentro del cual se incluya este tipo de servicios.
Para el director del Laboratorio de Aguas, Darner Mora, el reto del país reside no solo en hacer un alcantarillado sanitario para San José sino garantizar un tratamiento adecuado para los lodos sépticos.
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