Ayer The New York Times dedicó un extenso reportaje al pueblo más seco del mundo: Quillagua. En medio del desierto de Atacama, lleva 37 años en el récord Guinness, y ahora el diario lo pone como el paradigma de los derechos de agua: en Chile son privados.
Dicen los expertos que Chile ostenta un sistema de compra y venta de agua muy permisivo, donde el recurso es privado y no público, y se transa como un bien sobre el cual el gobierno tiene poco control.
En Estambul (Turquía), representantes de todo el mundo, chilenos incluidos, discuten desde ayer sobre la escasez de agua en el mundo y cómo ésta originará conflictos por el recurso.
La superintendente de Servicios Sanitarios, Magaly Espinosa, señaló a "El Mercurio" la necesidad de revisar el sistema de derechos de agua porque su asignación no da cuenta del costo que le significa obtenerla a cada uno de los sectores productivos. "Esto es a largo plazo; no se trata de expropiar, pero sí de ver los mecanismos para que los costos no se transfieran a otros sectores productivos".
CONFLICTIVO
Alexei Barrionuevo, autor de la nota, desencadenó una polémica en 2008 tras escribir un artículo crítico para las salmoneras chilenas.
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