El movimiento del cauce del río Estivaná, debido a la intensa temporada de lluvias, afectó al balneario Charco Redondo, uno de los sitios de recreación más visitados en la región de Azuero.
El lugar en mención está ubicado a orillas del camino hacia la comunidad de San Antonio, en el corregimiento de Llano de Piedras, en la provincia de Los Santos.
Ayer, en una visita al balneario se observó que el remolino, la cascada y el cauce del río, que daban lucidez a este turístico lugar, desaparecieron.
Los residentes del área atribuyen este fenómeno a la tala y quema a orillas de las riberas y en la zona donde nace el río Estivaná, que en las últimas décadas ha provocado erosión que han ido socavando el cauce produciendo desvíos del mismo.
Otro fenómeno que contribuyó al desvío del cauce en este sector, según el ecologista Héctor Díaz, fue el mantenimiento del camino a orillas de este sitio que provocaró la formación de una zanja que trastocó el flujo del cauce, desviándolo del balneario.
Virgilia García, residente del sector, dijo que es una tristeza lo que ha ocurrido con este balneario.
Allí todos los años para esta época se apersonaban durante los fines de semana más de 80 bañistas procedentes de diferentes regiones de la península de Azuero.
De acuerdo con García este era el único lugar donde se podía pasar con tranquilidad los veranos, porque se encontraba lejos del bullicio y lleno de tranquilidad.
También, María De Gracia afirmó que es preocupante cómo la naturaleza en los últimos años les fue quitando poco a poco el balneario hasta dejarlo sin agua.
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