El agua potable es uno de los bienes más preciados de la humanidad. Razón de más, entonces, para tomar debida nota de que no abunda en nuestro planeta y tampoco es un recurso renovable, por lo cual es sensato preocuparse por no derrocharla. Son positivas, pues, las acciones que en ese sentido ha encarado el Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal (Suterh) para que sus afiliados contribuyan a racionalizar el uso del agua.
Sin agua es imposible la subsistencia de la vida humana y no es necesario extenderse sobre los evidentes porqués. Así y todo, la humanidad insiste en hacer caso omiso de ello y la desperdicia a manos llenas, incluso a pesar de que autorizadas investigaciones predicen que, en pocas décadas más, las reservas acuíferas estarán en riesgo de agotarse, y la posesión o la carencia de ese recurso vital hasta darían pie a situaciones harto conflictivas.
La campaña puesta en marcha por el Suterh, formalizada mediante un convenio con la empresa AySA, apunta a fomentar el uso responsable del agua potable y cuenta con el respaldo de Greenpeace y de otras organizaciones no gubernamentales. Con criterio práctico, el Suterh ha distribuido entre sus afiliados cien mil pistolas de riego, ajustables a las mangueras empleadas para el lavado de las aceras y otras labores domésticas de similar índole, que permiten el corte automático y evitan el vertido innecesario. Junto con la provisión de ese instrumento, los ha instruido en el sentido de que se ocupen de informar a los administradores y a los propietarios consorcistas acerca de la necesidad de encarar medidas indispensables para evitar derrames y pérdidas de agua. Se trata de previsiones acertadísimas, ya que es habitual observar cómo muchas veces, al lavar las veredas, son justamente los encargados quienes dejan correr el agua de las mangueras prolongadamente.
En suma, es una intervención importante porque marca un rumbo por seguir en esta materia específica y, de manera simultánea, constituye una contribución nada desdeñable para la preservación de una mejor calidad de vida. La combinación de ambos enfoques configura un ejemplo digno de ser imitado.
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