La Cancillería argentina solicitó a Brasil documentación vinculada con la nueva represa, Baixo Iguaçu, que ese país planifica construir sobre el río Iguazú, cerca de las Cataratas, según informaron a La Nación legisladores nacionales por Misiones. En el Palacio San Martín dejaron trascender que el emplazamiento no se encuentra definido. A pesar de la economía, la industria de cruceros exhibe optimismo.
El subsecretario de Política Latinoamericana del Ministerio de Relaciones Exteriores, Agustín Colombo Sierra, fue el encargado de requerir la información, pero indicó que los representantes de Itamaraty (la cancillería brasileña) negaron que la construcción de la represa estuviera ya definida.
"El tema se encuentra en estudio y será considerado durante la entrevista que mantendrán próximamente los presidentes de ambos países", dijo el funcionario a los diputados del Frente para la Victoria Timoteo Lleras, Julia Perié y Stella Leverberg, quienes estuvieron presentes en la reunión del Palacio San Martín.
Los legisladores quisieron interiorizarse en el proyecto, que podría afectar el curso natural del río Iguazú a la altura de las cataratas.
Se trata de la central hidroeléctrica Baixo Iguaçu, que se emplazaría entre los municipios de Leônidas Marques y Capanema, en el estado de Paraná, Brasil. Ese enclave se sitúa a corta distancia del límite con Misiones. La nueva represa sería la sexta construida por los brasileños sobre el curso principal del Iguazú.
El río nace cerca de Curitiba; tiene 1200 kilómetros de recorrido y desemboca en el Paraná, en la triple frontera. Cinco represas brasileñas (Foz de Areia, Segredo, Osório, Santiago y Salto Caxias) ya se erigen en su curso y abastecen de energía a poblaciones e industrias del sur del vecino país.
El proyecto ha sido objetado por ambientalistas locales, y se presentó un recurso de amparo por entender que su emplazamiento, a sólo 1 km del Parque Nacional do Iguaçu, viola la legislación vigente. |
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