Las aguas del Pilcomayo traen alivio a ciertos sectores de la vasta región chaqueña, pero esta prosperidad no alcanza a todos. Preocupa a los productores de esa extensa área.
En algunas zonas, mencionaron, las aguas del río crean inmensos bañados, empero, en otros sectores, la sequía es crítica. “Hay agua por aquí, pero nada por allá...”, es la queja que se escucha de parte de los productores.
No todo es maravilla, tal como presentaron los miembros de la Comisión del Pilcomayo, encargada de la limpieza y canalización del curso hídrico. Los lugareños dicen que las mejoras están a la vista solo en partes y no como pretende hacer creer la dependencia vinculada al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
En efecto, el informe de la Seam dice que en el río Pilcomayo, en algunas zonas, el agua crea inmensos bañados, mientras que en otros lugares se puede apreciar solo el cauce por donde alguna vez pasaba el río.
“Esta es la situación que prevalece en algunas zonas del Chaco paraguayo, lo que crea cierta incertidumbre en los pobladores que dependen del vital líquido”, añade.
Recuerda luego que ejecutivos de la Seam, acompañados de estancieros de la zona de Gral. Díaz (Boquerón), autoridades del MOPC y de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), realizaron un monitoreo aéreo del curso de agua con el fin de encarar un relevamiento preciso del curso hídrico.
Da cuenta asimismo que los ganaderos expresaron su inquietud por el hecho de que por más que existan zonas inundadas, el caudal que existe es muy reducido y temen que no les va a alcanzar a todos.
Después de estas expediciones, dice el informe de la Seam, se pudo constatar que en los lugares donde anteriormente se observaba la presencia del vital líquido, ahora es preocupante la sequía. “Se están discutiendo las soluciones posibles para que el río Pilcomayo alcance a la mayor cantidad de gente posible”, agregó la fuente.
En orden el organismo ambiental informó que desde el 2004 y hasta la fecha se han detectado y destruido un total de 13 represas que obstruían el curso normal del Pilcomayo.
Julio Mareco, fiscalizador de la Seam, manifestó que con una lluvia de 300 milímetros se podría regularizar el caudal del río que, actualmente, es relativamente bajo.
El técnico agregó que una de las prioridades es asegurar el Pilcomayo, desde su embocadura, donde también el vecino país, Argentina, realiza el acopio de agua. “Para asegurar la captación también hay que realizar el mantenimiento de los cauces para evitar las colmataciones, para que el líquido no se estanque, de tal manera que pueda correr lo más lejos posible”, indicó.
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