Hace dos semanas que vecinos del barrio Los Arenales vienen sufriendo molestias por el funcionamiento del mecanismo de la toma nueva de agua.
El problema es el ruido, constante y fuerte, que origina la marcha de uno de los motores del sistema, por el que se extrae agua del río y se bombea hacia las plantas de potabilización.
“Es insoportable, no se puede vivir con ese ruido”, describió María Cristina Flores de Celentano, cuya vivienda está ubicada a unos 150 metros de la toma.
Según la vecina, se trata de un chirrido crispante que continúa día y noche sin parar y que ya lleva días. Tanta intensidad tiene el sonido, que la señora aseguró que, por momentos, hasta provoca el corrimiento de un reloj de pared instalado en su casa, situada en la calles El Patí y El Mandubé.
Así las cosas, informó que realizaron reclamos ante la Dirección de Obras Sanitarias, desde donde se les explicó que se trataba de una pieza gastada en uno de los motores que debía ser reemplazada y esperaban la llegada del repuesto desde Buenos Aires.
Lo cierto es que la vecina observa el paso del tiempo sin que aparezca la solución. La prolongación del inconveniente –dijo Flores de Celentano- le azuzó un problema de salud y eso –aseguró- la “tiene muy mal”. Es que justamente la familia eligió vivir en ese sector de la ciudad hace años, cuando todavía había pocas casas, por la serenidad y el silencio de la zona. Ahora, “es la primera vez que hay tanta molestia”, apuntó la señora.
“GASTADOS”. Ricardo Gaitán, director comercial de la Dirección de Obras Sanitarias de la Municipalidad, confirmó que el desgaste de las bombas producen ruido y que si bien el viernes se trabajó en la reparación de uno de los motores, quedan otros con problemas.
Las tareas realizadas anteayer disminuyeron el nivel del chirrido en una de las bombas, mientras que mañana “se estudiará el tipo de rodamiento para ver si se puede reducir al 50% el ruido”, dijo.
El funcionario aclaró que no será posible eliminar totalmente el ruido producido por el desgaste debido a que para eso se deberían adquirir nuevos motores o someterlos a una reparación de fondo.
Y ninguna de las dos opciones estarán en agenda, al menos el corto plazo, entendió. “Sí, podemos mejorar (el funcionamiento). Vamos a tratar de reducir más el ruido”, abundó, tras lo que remarcó que se trata del sonido “natural del desgaste de las bombas”.
En la toma nueva hay una media docena de bombas grandes, una está siendo reparada en Santa Fe, y hay otras más chicas que usan provisoriamente.
Por último, el funcionario informó que aunque la Dirección recibió un solo reclamo referido al tema, el área está abocado en solucionar el inconveniente.
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