Las mujeres de la comunidad orureña de Santiago de Huari están excluidas de la gestión de agua y de la tierra, según revela un estudio divulgado por el Programa de Investigación Estratégica (PIEB).
El trabajo revela que aunque los hombres han ingresado a trabajar como obreros en la fábrica de cerveza (famosa por el agua que utiliza) y las mujeres trabajan la tierra, éstas aún sufren las desigualdades de género para acceder y gestionar el recurso hídrico.
El antropólogo e investigador Pedro Pachaguaya realizó el estudio “La poética de las vertientes. Ecofeminismo y pos-desarrollo en Santiago de Huari” (PIEB, IDRC, UMSA, 2008), en el que plantea que las mujeres de la localidad sí, han podido acceder al poder, pero no como actoras sino como resultado de costumbre locales.
El agua en Santiago de Huari no sólo tiene usos domésticos y de riego para actividades agrícolas, sino principalmente para necesidades industriales de la cervecería. Pachaguaya explicó que “estas formas de uso hicieron que el agua se convirtiera en una mercancía. Además se generó un conflicto en la distribución del agua en el pueblo y las regalías que su venta produce”.
“Es así que Huari parecería estar dividida en dos espacios muy relacionados entre sí. Uno dedicado a los cultivos, muy respetado y de diálogo con el paisaje y la naturaleza. El otro caracterizado por la urbanidad y la industria, donde el sistema comunal de cargos convive con el sistema político estatal (...) Ambos espacios son componentes del modelo local de género que está condicionado por aspectos locales y globales, que pueden complementarse o entrar en contradicción”, dice el autor en sus conclusiones.
Los espacios de las autoridades son casi exclusivamente masculinos y si las mujeres ingresan “no significa que tengan poder de decisión, refiere Pachaguaya.
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