El Banco Mundial (BM) divulgó un nuevo informe sobre la fábrica de Botnia en Fray Bentos según el cual, a más de un año de haber comenzado a producir pasta de celulosa, no ha provocado contaminación alguna y el río Uruguay mantiene la misma calidad que tenía antes de que se instalara la planta finlandesa.
La Corporación Financiera Internacional (IFC, según sus siglas en inglés), un organismo del BM, financió parte de la construcción de esa fábrica pese a las acciones interpuestas por el gobierno argentino en atención a los reclamos de los ambientalistas de Entre Ríos.
Para sostener su aval económico al emprendimiento, que provocó un conflicto diplomático aún abierto entre los gobiernos de Montevideo y Buenos Aires, la IFC contrató a la consultora ambiental canadiense EcoMetrix Incorporated. Fue el nuevo informe de esta firma, que abarca todo 2008, el que concluyó que el agua del río Uruguay es "de alta calidad" y que los indicadores arrojan datos que superan holgadamente las exigencias fijadas por la comisión binacional del río.
En julio pasado, un primer informe del BM había llegado a la misma conclusión. Y en enero se conoció otro trabajo favorable a la pastera finlandesa, en este caso de un organismo argentino: el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). "Según nuestros estudios, hoy Botnia no está contaminando", expresó su presidente, Enrique Martínez.
El gobierno argentino reaccionó ayer con escepticismo ante el nuevo informe del BM. Altas fuentes oficiales manifestaron a La Nacion que el estudio carece de imparcialidad y que la Argentina seguirá con su estrategia en la Corte Internacional de La Haya, donde presentará sus propios informes (de lo que se informa por separado).
El reporte de EcoMetrix, en tanto, no deja margen para dobles interpretaciones. "Una comparación de los datos de seguimiento antes y después de la puesta en marcha de la planta muestra que la calidad del agua del río Uruguay no ha cambiado como resultado de la fábrica", indica.
Respecto de las emisiones a la atmósfera, dice que "se han mantenido dentro de los límites admisibles de permiso especificado" y que, incluso, "son muy inferiores a las esperadas". El estudio admite, sí, que se han registrado "algunas emisiones de gases" olorosos que estaban previstas y que habían sido advertidas oportunamente.
En referencia a la "calidad del aire ambiente", EcoMetrix afirma que es "muy buena" y que también en ese punto el resultado cumple con las exigencias y es mejor de lo previsto. Con el presidente Tabaré Vázquez en China, en busca de inversiones para el país, su gobierno recibió otro argumento fuerte para la defensa de su postura en el conflicto que mantiene con la Argentina por las plantas de celulosa.
Aunque el juicio en la Corte de La Haya corresponde a una denuncia de la administración Kirchner por lo que se interpretó como una violación del tratado del río compartido, fuentes oficiales uruguayas decían ayer que el estudio permite a las autoridades ambientales de ese país responder que los hechos han confirmado los pronósticos sobre no contaminación.
El resultado también generó tranquilidad en la sede de Botnia, que en los últimos tiempos se había visto sacudida por la repercusión de algunos episodios en su planta o en el entorno de ésta y que desde Gualeguaychú han sido amplificados con críticas a la fábrica.
En ese contexto se inscriben la concentración de algas en el río que generó una mancha en las aguas y la explosión de una cañería durante un proceso de revisión de procedimientos que desprendió gases olorosos y provocó una encendida reacción en la Argentina.
Aunque las autoridades uruguayas han transmitido calma a la población sobre los controles que se hacen en Botnia, la campaña de los ambientalistas entrerrianos, que advierten sobre una posible contaminación a largo plazo, muchas veces genera dudas en uruguayos que viven cerca de la fábrica.
En los hechos, algunas sanciones que el gobierno ha puesto a empresas locales que incurrieron en problemas ambientales no tienen el mismo trascendido que logran versiones lanzadas de Gualeguaychú sobre la base de rumores.
Satisfacción uruguaya
Por eso, el reporte técnico de EcoMetrix fue recibido con satisfacción por autoridades locales y también por la empresa, ya que descarta contaminación mediante efluentes, afectación del aire o de las aguas del río Uruguay.
En el gobierno sostienen que además del impacto positivo que Botnia tiene en la economía local la autorización se concedió porque estaban otorgadas las garantías para que no se produjeran efectos contaminantes.
La preocupación del gobierno se trasladó de escenario: ya no teme que la protesta ambientalista frene la que fue la inversión privada más grande de este país, sino que la inquietud está en el impacto de la crisis internacional.
Hace pocas semanas que la casa matriz de Botnia comunicó en Finlandia que se constató una baja rápida de "la demanda de pulpa" de celulosa, lo que tiró abajo sus precios e incrementó "significativamente el stock de los productores", por lo que dispuso una disminución de "su producción". Pero eso fue aplicado a "la planta de Kaskinen" y a sus "otras plantas finlandesas", con suspensión de personal.
Entretanto, el equipo de abogados y diplomáticos que tiene Uruguay para su defensa contra la Argentina en el juicio de La Haya incorporará el reporte de EcoMetrix para la corporación del Banco Mundial, en el intento de demostrar que la autorización para instalar esta fábrica sobre el río compartido se hizo con la seguridad de todos los controles ambientales necesarios.
Indiferencia y escepticismo en el gobierno argentino. Por Lucas Colonna
Dicen que el estudio "no es imparcial"
Con similares cuotas de indiferencia y descrédito, reaccionó ayer el gobierno argentino ante la nueva evidencia de que la empresa finlandesa Botnia no ha producido durante su primer año de funcionamiento contaminación ambiental considerable en el río Uruguay.
"No cambia nada para nosotros. El país presentará sus informes propios de impacto ambiental ante La Haya, en el momento correspondiente", dijo anoche LA NACION un alto funcionario oficial, conocedor del conflicto diplomático y de la estrategia nacional.
Además, personas cercanas al canciller Jorge Taiana agregaron que, en rigor, el informe de la consultora EcoMetrix, contratada por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial (BM), "no es imparcial". Los funcionarios argumentaron que el BM financió parte de la obra de Botnia en Fray Bentos, lo cual, según dijeron, resta objetividad a las conclusiones presentadas públicamente.
"Es más de lo mismo. El Banco Mundial financió parte de la obra y es parte interesada. No es una opinión imparcial. Nosotros presentaremos nuestros informes, que estarán basados en las investigaciones de nuestros técnicos", dijo el funcionario consultado.
Al calor del conflicto por las pasteras, el gobierno de Néstor Kirchner había hecho denodadas gestiones ante el organismo para ahorcar financieramente a Botnia.
La estrategia, que incluyó gestiones diplomáticas ante los propios directores del BM, fracasó, y la entidad aprobó erogaciones para la empresa finlandesa con el argumento de que la firma no contaminaría y generaría, además, un crecimiento económico en la región.
"La Argentina confía en los estudios que está haciendo, que son científicamente comprobables. Este estudio habrá que analizarlo y cruzarlo con la información que nosotros tenemos. Se están haciendo las mediciones del río correspondientes. Entiendo que La Haya pedirá un peritaje luego de que las partes presenten sus pruebas materiales", relativizó un hombre que conoce como pocos la estrategia argentina en los tribunales internacionales.
Lo curioso es que las mediciones argentinas no han visto la luz en ningún momento. Los estudios están bajo la órbita de la Secretaría de Ambiente, que conduce Homero Bibiloni.
El último episodio ambiental por Botnia le dio la razón a Uruguay. En febrero último, una mancha verdosa en el río, cerca de la papelera, encendió la alarma en Gualeguaychú. La municipalidad de la ciudad entrerriana denunció que se había producido un derrame en el muelle de la pastera; en Uruguay negaron que hubiera habido pérdidas y afirmaron que se trataba de algas acumuladas. Cristina Kirchner envió a Aníbal Fernández para garantizar la toma de muestras del agua, y el resultado de esos estudios fue que se trataba, efectivamente, de algas. Ergo: la explicación uruguaya era verídica.
"Si no contamina, que se la lleven a Finlandia"
"Yo no hablo de los informes", dijo el asambleísta Jorge Fritzler, apenas terminó de escuchar la pregunta de LA NACION, referida al informe técnico sobre el impacto ambiental de Botnia.
Sin embargo, inmediatamente dio su opinión de rechazo al trabajo de la consultora canadiense EcoMetrix Incorporated. "Que no me vengan con que Botnia no contamina. El 24 de enero, hubo una nube de olor que afectó a toda Gualeguaychú; en febrero, fueron las manchas blancas, que decían que eran simple algas, cuando también había contaminantes en el río, y más tarde, una explosión de cañerías en la planta, que reflejan el peligro de esta pastera para la región", contestó el integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú.
Fritzler puso en duda el resultado de "los informes de las consultoras", y consideró: "Viviendo en Gualeguaychú se puede advertir ya el impacto de las pasteras, que irá creciendo con el avance del tiempo".
"Los informes buscan ganar tiempo y, cuando acordemos, la contaminación será irreversible", advirtió. "Si Botnia no contamina que la lleven a Finlandia, entonces. Sabemos que vienen acá porque no quieren contaminar su medio", se quejó.
Hasta ayer por la tarde, los asambleístas no tenían noticia del informe de EcoMetrix y se enteraron de su contenido por la publicación que hizo lanacion.com .
El día anterior, la Asamblea Ciudadana Ambiental Gualeguaychú le había reclamado al secretario de Ambiente, Homero Bibiloni, que dispusiera la realización de "un análisis técnico del río Uruguay".
|
|
|