Hoy, domingo 22 de marzo, es el Día Mundial del Agua. Y como ocurre siempre con estas fechas sirven para reflexionar, en este caso, en torno a un bien común indispensable para la vida de todo el planeta.
Ya todos los habitantes de este mundo sabemos que el agua dulce ocupa una muy pequeña porción del agua de todo el planeta; ya todos sabemos que el agua se agota, y es cada vez más escasa. Todos sabemos, también, que debemos cuidarla y que tal como nos explicaron aquellos vecinos que se movilizaron contra la minería en Esquel: "El agua vale más que el oro".
Queremos decir con todo esto que el diagnóstico a esta altura está muy claro, es hora entonces de actuar, empezando desde nuestras casas y desde el lugar, ciudad o región donde vivimos.
Hacer un uso racional en nuestras casas es esencial, pero también es imprescindible preservar el agua que nos rodea en nuestra región.
Tenemos que avanzar profundamente en la preservación de los cursos superficiales de agua (arroyos, lagunas, humedales, canales) declarando Reserva Municipal al humedal de las lagunas de Indio Muerto, y declarando zona protegida a todos los arroyos y canales que surcan nuestra región (preservando por lo menos cien metros de cada lado de los mismos, sin fumigación con agrotóxicos).
Estos lugares deben convertirse en "nuestras áreas protegidas", no sólo preservándolas sino también forestando estos márgenes con especies autóctonas, recuperando así, la flora y fauna de nuestros ecosistemas.
Del mismo modo, debemos exigir la realización planificada de obras de retención de aguas, basándonos en lo que Ameghino, muchos años atrás, ya había propuesto: "El agua de lluvia debe quedar en el lugar, sólo debemos conducir los excesos".
Debemos exigir el control rutinario de las napas y acuíferos, incluyendo de forma permanente, el monitoreo de productos químicos y agrotóxicos que contaminan el agua y afectan nuestra salud y la vida de todo el ecosistema.
Debemos planificar nuestro territorio evitando tener empresas contaminantes entre nosotros.
Los feed lot son verdaderas ciudades que se abren en medio del campo, requiriendo lo mismo que requiere una ciudad como la nuestra, plantas de tratamiento cloacal, conducción del agua de lluvia, control de los efluentes, cementerios, calles, comida y, por supuesto, agua.
100.000 animales encerrados en estos corrales en forma simultánea, consumen no menos de 3 a 4 millones de litros de agua por día, que son extraídas directamente de los acuíferos, lo que contribuye al descenso de las napas y a afectar seriamente la provisión de agua para consumo humano en toda la región. Además, y tal como están funcionando actualmente, la contaminan!!!
Debemos terminar con las fumigaciones indiscriminadas, protegiendo no sólo a quienes viven en la ciudad, sino también a la población rural, a los suelos, a los ecosistemas y al agua.
Por todo esto... reflexionemos: ¡Cuidar el agua no es sólo cerrar la canilla!
Grupo Ecos
Saladillo
|
|
|