Un vasto operativo de auxilio a los 600 evacuados y de organización de los primeros trabajos de limpieza y reinstalación de los servicios públicos se realizaba esta mañana en Monte Cristo, dónde ayer durante 20 minutos se abatió una tormenta de vientos huracanados y granizo que causó un desastre en el área urbana de la población.
El temporal hizo volar techos de zinc, volteó árboles y postes de electricidad, destruyó instalaciones de depósitos de mercadería y daño plantas de silos. Numerosas viviendas resultaron dañadas, tanto las de sectores más modestos como los barrios más residenciales.
Monte Cristo se encuentra a 25 kilómetros de la capital provincial, sobre la Ruta Nacional 19.
Tal fue la intensidad del granizo que se acumuló en una capa de 15 centímetros aproximadamente. El viento alcanzó altas velocidades, a punto de considerárselos huracanados.
Alrededor de un centenar personas debieron ser atendidas anoche por lesiones: muchas eran niños a los que sorprendió la granizada o los elementos que hizo volar el viento. No hubo víctimas fatales.
El pronóstico del tiempo mencionaba la posibilidad de nuevas lluvias, lo que generaba temores entre la población damnificada y los funcionarios, que se multiplicaban con los operativos de asistencia a los evacuados y para restablecer los servicios públicos, entre ellos, la electricidad.
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