El gran desafío, a nivel público y privado, es cómo retener los volúmenes de agua que anualmente caen sobre territorio uruguayo y que, en gran proporción, corren al mar.
Así dijo ayer el vicepresidente de la República, Rodolfo Nin Novoa, quien pasó revista a las acciones que desarrolla el gobierno para hacer frente a los impactos del calentamiento global.
Nin destacó que el país tendrá que continuar apostando a preservar el equilibrio ambiental, generando una conciencia colectiva de la gravedad que implica el tema, al hacer uso de la palabra en un simposio convocado por el Centro Latinoamericano de Desarrollo, sobre "El desafío del cambio climático en Uruguay y sus incidencias".
El vicepresidente reconoció que en el Uruguay se habla y se estudia sobre el tema y que hay marcado interés en diseñar soluciones desde el propio gobierno.
Entre otros aspectos, señaló la paradoja que encierra la frase: "Uruguay es un país seco donde llueve mucho" y manifestó que no es posible entender cómo mueren de sed las vacas, en un país donde llueven anualmente 1.200 mm de agua.
Este tema se está analizado exhaustivamente, porque la gente, a pesar de esa realidad, padece restricciones de agua y las vacas mueren de sed, dijo, y subrayó la necesidad de tomar conciencia de la gravedad del cambio climático que azota al planeta y que afecta en este caso, a la economía uruguaya.
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