Ante la marcada bajante que sufre actualmente el río Paraná, la Fundación Proteger de Santa Fe envió una carta al canciller argentino, Jorge Taiana, solicitando información sobre el manejo de los caudales de agua que realizan las grandes represas binacionales Yacyretá e Itaipú, y cuáles son los criterios que se utilizan para hacerlo. También pidió al funcionario su opinión sobre cuáles son los más adecuados “ámbitos, regulaciones y mecanismos para que el Estado nacional conozca, controle y eventualmente pueda reglamentar o incidir”, en la operación del agua por las grandes obras hídricas. El requerimiento se enmarcó en la conmemoración del Día Mundial de Acción sobre las Grandes Represas.
En la misiva, firmada por el director general de Proteger, Jorge Cappato, la Fundación sostiene que “es de conocimiento público que el río Paraná registra una de las mayores bajantes de las últimas décadas. La altura hidrométrica promedio en Corrientes ha sido de 4.05 m en 2007 y 3.38 m en 2008, mientras que en enero/febrero de este año promedia 2.54 m”.
“Es precisamente en períodos de escasez de agua cuando las grandes represas retienen en sus embalses buena parte del caudal del río con el objeto de asegurar su generación, en desmedro de las poblaciones ribereñas que viven aguas abajo y cuya economía, alimentación y subsistencia dependen en gran medida del buen estado de las pesquerías del Paraná”, especifica la nota.
En las últimas semanas, pescadores del norte de Santa Fe y de las provincias de Chaco y Corrientes, informaron sobre el desecamiento de lagunas, riachos y arroyos de la planicie de inundación del río Paraná a raíz de la extrema bajante y la merma de los caudales por debajo de los promedios históricos. Miles de peces atrapados se asfixiaban y morían, incluidos surubíes, dorados y patíes, entre otras especies de gran valor económico, alimentario y social.
“Según los especialistas, las represas no sólo impiden las migraciones de los peces aguas arriba, sino que –al retener el agua cuando los peces realizan migraciones transversales en la planicie inundable–, impiden que se completen los ciclos de desarrollo y reproductivos. Por otra parte, los embalses alteran irreversiblemente el hábitat acuático: según expertos del Conicet, Yacyretá e Itaipú en conjunto destruyeron el 44 por ciento del área reproductiva de las especies de surubí (Oldani, 2004)”, consigna el documento de Proteger.
El pedido de información se dio en el marco del Día Mundial de Acción sobre las Grandes Represas, fijado el 14 de marzo de 1997 en Curitiba, Brasil, al culminar el Primer Encuentro Internacional de Pueblos Afectados por las Represas.
La nota enviada por Proteger a la Cancillería señala además: “Como sabemos, Yacyretá es una gran represa administrada por un organismo argentino-paraguayo, la Entidad Binacional Yacyretá (EBY); mientras que Itaipú es otra enorme represa binacional regulada por Paraguay y Brasil, cuyo embalse –de 170 kilómetros de largo–, se extiende sobre el Paraná a sólo 14 kilómetros al norte de la frontera con la Argentina”.
“Ambas han provocado ya un colosal impacto en las pesquerías y los humedales fluviales, haciendo sentir su efecto negativo centenares de kilómetros aguas abajo. Impacto que se refleja particularmente en la merma poblacional y de tallas de los grandes peces migradores, precisamente los de mayor valor económico, alimentario, deportivo y turístico”, continúa el texto. “Esto explica que en enero pasado la Asociación de Pescadores del Chaco (Asopecha) hiciera llegar una nota a las autoridades manifestando su honda preocupación por el manejo del agua en las represas del Paraná”.
Incluso recuerdan en la nota que ante la merma del surubí y otras especies de peces, solicitaron en una nota del 26 de enero a los ministros de Producción, y de Aguas y Ambiente, y a través del Consejo Provincial Pesquero, requerir “al gobierno nacional y a la Cancillería iniciar urgentes acciones tendientes a conocer y eventualmente modificar el manejo de los caudales de agua por parte de las represas ubicadas en el río Paraná, especialmente Yacyretá e Itaipú”.
En este contexto, revelan en un parte de prensa enviado a ANALISIS DIGITAL que pidieron a Taiana “nos indique si la Cancillería dispone de información sobre el manejo de los caudales por parte de las represas citadas, sobre si éstas disponen de manuales de operación que incluyan contemplar las necesidades de niveles hidrométricos mínimos para los ciclos de migración, reproducción y alimentación de los peces del Paraná, tendiente a recuperar las disminuidas poblaciones de los mismos”.
Por último desde la Fundación apuntaron que requirieron conocer cuáles serían a criterio de la Cancillería los más apropiados “ámbitos, regulaciones y mecanismos para que el Estado nacional conozca, controle y eventualmente pueda incidir o reglamentar, en beneficio de la calidad de vida de las poblaciones y de las economías regionales del NEA-Litoral, el manejo de los caudales de agua por parte de las represas sobre el río Paraná, particularmente Yacyretá e Itaipú”.
Foto: Archivo Programa Infoagua |
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