La obra hidráulica más importante de la ciudad avanza en la Costanera Norte. Se trata de los trabajos destinados a liberar a 1.100.000 porteños de las inundaciones en amplias zonas de Palermo.
Mientras se espera la inminente llegada de la tuneladora, que cruzará bajo tierra la ciudad durante dos años, un grupo de operarios prepara el lugar y el espacio que permitirá el acceso al corazón de la Tierra para construir los canales aliviadores del Arroyo Maldonado.
LA NACION presenció el comienzo de los trabajos que permitirán el ingreso de la imponente máquina canadiense. Es necesario construir un cilindro gigante que tocará los 54 metros de profundidad. Por allí ingresará dentro de dos meses la tuneladora, hasta una profundidad de 30 m, y empezará la excavación.
La cabeza de la máquina que viajará por mar, en 15 contenedores, tiene ocho metros de diámetro. El cuerpo tiene 105 m y pesa 1000 toneladas. Mediante un complejo sistema, la máquina cava la tierra, la saca hacia atrás -donde tendrá montado una especie de tren- y coloca enormes anillos de hormigón llamados dovelas.
Primero sólo comenzará a trabajar la cabeza. La máquina completa estará ensamblada cuando el túnel tenga 100 metros de extensión. Según se explicó a LA NACION, se trabajará las 24 horas, todos los días, en tres turnos de ocho horas. "En materia hidráulica es la obra más importante que se está realizando. Y también la de mayor envergadura teconológica", dijo Daniel Chain, ministro de Desarrollo Urbano porteño.
El Maldonado cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sarsfield, Santa Rita, Villa General Mitre, Villa Crespo y Palermo, hasta el desagüe en el Río de la Plata.
Las obras de alivio del canal principal consisten en dos túneles de 6,90 m de diámetro, de 10 y 5 kilómetros de largo, respectivamente.
Para la construcción del túnel largo, que llegará hasta la altura de la calle Cuenca, se utilizará otra tuneladora que llegará al país en el segundo semestre de este año.
El túnel por el que escurre el arroyo, finalizado en 1940, deriva parte de su caudal al arroyo Cildáñez. Después, recorre la avenida Juan B. Justo y desemboca debajo del aeroparque metropolitano.
Ambos canales aliviadores se unirán en la desembocadura, que estará a la altura de Punta Carrasco, a una profundidad de 23 metros, y funcionarán por diferencia de presión.
Además de los túneles, la obra incluye decenas de conductos secundarios para vincular las alcantarillas de los barrios que derivarán hacia ellos sus líquidos, un sistema de descarga y bombeo, y dos cámaras de ventilación, una en cada túnel. En total se van a extraer unos 860.000 metros cúbicos de tierra.
"El túnel corto estará terminado en 24 meses, y el largo, en 48", explicó a LA NACION Marta Salas, coordinadora del Programa de Gestión de Riesgo Hídrico.
Según la funcionaria, la obra beneficiará a unas 92.000 viviendas. Y, una vez finalizada, terminará con los problemas que generan las lluvias copiosas en la ciudad. "Hoy, en la zona más problemática, el agua llega a 1,90 m. Con los aliviadores se espera que llegue a los 25 cm", gregó.
El costo de la obra -adjudicada a la empresa italiana Ghella- ronda los 180 millones de dólares, según informó el gobierno. La mayor parte del financiamiento proviene de un crédito del Banco Mundial.
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