Hay decenas de casas que han quedado a la orilla del Antoñico y temen que otra lluvia se lleve el barranco. Esperan que se concrete la obra de entubamiento y confían en que se instrumente el Promeba.
“Podríamos empapelar toda una pared con las notas que hemos presentado (en la Comuna). Hemos hecho gestiones de todas clases, pero respuestas, nada”. Eso dice Omar Noriega, presidente de la comisión vecinal del barrio Belgrano, parado en el fondo estrecho de una casa, que con cada lluvia queda más cerca del cauce del arroyo Antoñico.
Mientras, un armazón de un televisor viejo, una puerta de heladera, cientos y cientos de botellas de todos los tamaños y colores son arrastrados por el agua oscura, maloliente, que corre lento. “Es el típico olor a líquidos de baños”, explica Noriega, quien junto a Carlos Rodríguez, Daniela González, Beatriz Romero y Miguel Angel Flores, enunciaron los reclamos urgentes del barrio: el servicio de cloacas y el entubado del arroyo.
Es que –con el paso de los años-- las casas de unas 40 familias han quedado al borde de la barranca y temen ser arrastrados por la corriente en otra lluvia copiosa como la de principios de marzo.
La obra en el arroyo es prioritaria, pues es requerida por el Programa de Mejoramiento de Barrios (Promeba) para dar inicio a la construcción de cloacas, pavimento, sanitarios, redes de agua, veredas e iluminación. Así explican el planteo los vecinos, que centran todas las expectativas de poder acceder “a algún servicio “sólo a través del Promeba. De otra forma, descreen que la zona pueda tener mejoras en el corto plazo. “Somos negativos porque el Intendente (José Carlos Halle) nos ha dicho que el 75% del presupuesto va a sueldos (del personal). Entonces qué vamos a esperar que llegue una obra grande”, reflexiona Noriega.
Así las cosas, los vecinos solicitan a funcionarios y legisladores municipales y provinciales que “peleen” para que el proyecto de mejora de la zona tenga cabida en Buenos Aires y se liberen los fondos. De lo contrario, seguiremos “atrasados 50 años”, acota Rodríguez.
POZOS REBASADOS. Habitan el barrio unas 500 familias y ninguna tiene cloacas. A la mayoría se le rebasa el pozo negro periódicamente y ya casi no tiene el servicio gratuito de desagote que brindaba la Comuna. En diciembre fue el último operativo, asegura (Ver recuadro). Con ese panorama, el grueso del vecindario “tiene conectado el baño al arroyo. No le queda otra”, cuenta y explica que el servicio de desagote debería ser casi permanente. Y, a modo de ejemplo, menciona el caso de las 90 viviendas construidas por el IAPV en el barrio, que tienen un pozo negro cada dos casas; por lo que, están conectadas a un desagüe que termina en el arroyo. “Cuando pasa mucho sin llover, el olor es insoportable”, explican.
En cuanto a la obra en el arroyo, Noriega comenta que el entubamiento fue licitada por el Municipio y adjudicada por la empresa constructora Demartín. “La empresa está esperando la plata. Ahora dicen que van a venir (fondos) de la Nación”, explica el vecinalista, quien aclara que fue una de las obras anunciadas por el Gobernador. El tramo en cuestión está comprendido entre las calles Espejo y Avenida de las Américas.
CALLES Y YUYOS. Los vecinos advierten que hay calles internas y zonas del barrio que están “totalmente abandonadas”. Un sector que preocupa sobremanera es el ubicado en el límite del barrio Belgrano con La Delfina donde se corrió el cauce del arroyo. Ahí hay yuyos, basura, alimañas, falta luz y corren los líquidos cloacales.
“Todas las comisiones vecinales han reclamado, sin suerte, el arreglo del ex cauce del arroyo”, apuntan. Al respecto, cuentan que la comisión vecinal tenía una máquina de cortar el pasto, con la que los vecinos limpiaban algunas zonas ante la falta de servicios municipales. Pero desde la Comuna se les pidió la cortadora con el fin de organizar el desmalezado en distintos sectores. Sin embargo, no hubo más noticias y ahora el vecindario se hace cargo del desmalezado. Otro reclamo es el arreglo de cortadas como Las Torres de Nüremberg y el combate de las ratas, que abundan en las inmediaciones del arroyo.
En fin, la barriada se siente olvidada y atribuyen buena parte de esa situación a la existencia de las vastas instalaciones del tren. “Atrás del ferrocarril nos ha atrasado un montón. Es como una muralla”, resumen.
Regularización de terrenos
Por estos días, gente del Promeba realiza el trabajo en terreno en el barrio, informa Noriega. La tarea consiste en el relevamiento de la zona y la medición de terrenos. Se trata de un trabajo previo que acompaña a un anteproyecto, que debe avanzar luego en Buenos Aires y ganar –entre otros tantos de distintos puntos del país-- la asignación de los fondos. Por eso, los vecinos claman para que las autoridades encabecen gestiones, explica Noriega.
En ese caso, el Promeba abarcará a los barrios Belgrano, Mitre y La Delfina e incluye un requisito básico: la regularización de los terrenos donde viven decenas de familias. En el caso de La Delfina, Noriega cuenta que hay una ley de expropiación pero resta el pago al propietario de la tierra. En tanto, el tema en el barrio Belgrano se trató de otra forma: el gobierno de Julio Solanas hizo un acuerdo con la dueña de terrenos y faltaría terminar de saldar el monto de compra, cuestión que solucionaría esta gestión.
“Sin camiones”
Ante el pedido de operativos de desagotes, “me dicen que no hay camión, que están rotos”, asegura Omar Noriega, presidente de la comisión vecinal.
La pasarela, desvencijada
Tablas enclenques, desclavadas, dejan rendijas y hasta huecos grandes en el piso de la histórica pasarela que atraviesa los terrenos del ferrocarril y une al barrio Belgrano con bulevar Racedo. Los vecinos dicen que ellos las reaseguran con clavos, pero siguen apareciendo sueltas o directamente desaparecen.
El reclamo por el mal estado del puente viene de años y acumula promesas de arreglo. Hace tres meses, en un acto del que participaron autoridades provinciales, los vecinos escucharon el anuncio de que se iba a habilitar en 15 días un paso terrestre por los terrenos del ferrocarril (con un recorrido similar al de la pasarela). Sin embargo, siguen esperando. Lo que rescatan es que el lugar, sumido en el abandono durante tantos años, ahora está iluminado. |
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