La situación colapsó el lunes último, en horas de la tarde, cuando el líquido cloacal desbordó dos tapas ubicadas en la esquina de Corrientes y Alsina y comenzó a ganar el interior de algunos negocios.
Ese hecho, que incluso derivó en una espontánea manifestación vecinal, con quema de cubiertas incluida, fue, en rigor, el aspecto visible de una situación que, desde hace al menos dos años, sufren los habitantes de calle Corrientes, en el tramo comprendido entre Darwin y Alsina, debido a los malos olores que deben soportar.
"Son olores nauseabundos que están todos los días. A veces, han venido de Aguas Bonaerenses SA (ABSA) a destapar la cañería, pero en unos días todo está igual", señaló a este diario la encargada de un local de ropas en calle Alsina al 600. Si bien no sufrió nunca un desborde en su negocio, la mujer aseguró que es habitual la presencia de líquido en las calles, el cual, con el paso de los automóviles, termina por ganar las veredas.
Los empleados de un quiosco y de un local de fotografías del lugar manifestaron su mismo fastidio por una situación que soportan cada jornada.
"Cuando hemos llamado a ABSA, nos atienden en La Plata y nos dan un número de clave para insistir en el reclamo, pero nunca tenemos respuesta. Una vez, nos dijeron que las cañerías estaban saturadas, que eso no tiene arreglo", explicaron.
Pero, sin dudas, el local más perjudicado, en los últimos días, fue el de una casa de comidas de calle Alsina al 600, el cual se vio inundado por el líquido cloacal, obligando a su propietario a limpiarlo utilizando secadores. Su reflexión, más allá de la indignación por la falta de respuesta por parte de las autoridades correspondientes, se resume en una única frase: "En Bahía, se sigue construyendo para arriba, pero abajo está todo podrido".
Lejos de estar concentrado en la mencionada esquina, el olor que fluye se siente a lo largo de toda la calle Corrientes.
"La situación es insoportable, al punto que nos obliga a mantener cerradas todas las ventanas que dan afuera", señaló una empleada del Tribunal de Menores de Corrientes 110. Si bien acotó que eso se verifica desde hace años, "se intensificó la última semana", al punto de volverse "intolerable".
En Corrientes y Belgrano, un quiosquero confirmó que hace, al menos, 3 semanas que estar allí se torna insostenible, al tiempo de asegurar que, en los tres años que lleva en el lugar, siempre ha habido malos olores.
"Hemos llamado a ABSA; han venido a destapar y por uno o dos días no tenemos olor, pero al tercero ya está de nuevo", explicó. Destacó, además, que, a veces, el viento lo hace más perceptible. "Yo creo que debe haber un problema de filtración de la cañería; debe estar rota y no la pueden arreglar", especuló.
Para Darío, encargado del edificio "Corrientes", al 200 de esa arteria, la situación se pone difícil "apenas empieza la época de calor", cuando desde una alcantarilla cercana comienza a emanar un aroma desagradable. "El olor es terrible y se desparrama por todo el edificio. La administración ha llamado a ABSA varias veces, pero no tengo en claro qué le han respondido", señaló.
"No se puede ni abrir la puerta", aseguró el empleado de la panadería de Corrientes y Lavalle, dando cuenta de la situación que le toca vivir; sobre todo, en la época de verano.
Nicolás repara una bicicleta en un comercio de calle Corrientes 444 y con un gesto da una respuesta clara sobre cómo sufre la situación. El lugar es especial, porque la enorme cantidad de rodados genera un aroma muy particular, el cual no alcanza a disimular el que viene de la calle. "Hay olor siempre, desde hace dos años que trabajo acá. Cuando llamamos a ABSA, nos dan distintas respuestas, pero nunca vienen a limpiar", aseguró.
El relevamiento realizado por este diario se extendió hasta pasada calle Darwin, al 700 de Corrientes, a pocos metros de la estación de trenes. Allí, el consultado fue el responsable de un taller de electricidad, quien fue contundente en su comentario: "Acá, siempre es asqueroso el aire. Te descompone".
En este caso, el hombre señaló que, luego de tanto tiempo de persistir la situación, hasta se termina acostumbrando. "Casi te diría que te inmunizás y llega un momento que te parece que no es para tanto, pero, cuando salís un rato y volvés, te das cuenta de que cada vez es más penetrante", resumió.
Palabra de ABSA
Sobre la situación particular del desborde ocurrido, el último lunes, en la esquina de Alsina y Corrientes, desde el área de prensa de ABSA se informó a este diario que se recibió el reclamo a las 17 de ese día, acudiendo una cuadrilla cerca de las 20.
"Se procedió a destapar la cañería. Los operarios encontraron trapos, un pulóver y hasta una maquinita de afeitar", sintetizó el vocero de la empresa.
Respecto de la situación del continuo olor que denuncian los vecinos, la empresa evitó hacer comentarios, aunque fuentes allegadas al sector señalaron que, como en muchos otros sitios de la ciudad, los desagües cloacales colapsan por el uso indebido que, en muchos casos, dan a los mismos los propios usuarios.
"Se conectan pluviales (que arrastran basura de los techos), se tiran cosas indebidas, como trapos y botellas. Además, existen negocios (rotiserías, carnicerías, casas de comidas) que vuelcan sus desechos sin el tratamiento correspondiente ni disponen de desengrasantes", indicó una fuente confiable.
En este aspecto, cabe señalar, según lo denunciaron en su oportunidad las propias autoridades del agua, que nadie ejerce en la ciudad el poder de policía en estas conexiones domiciliarias, ya que, desde hace años, tanto ABSA como la Municipalidad lo excluyeron de sus funciones.
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