Lento, casi a cuentagotas, en el seno de Aguas Santafesinas S.A (Assa) comenzaron a estudiar un cambio en el cálculo de las tarifas que pagan los usuarios. La modificación apunta a reemplazar la facturación que hoy se hace sobre unidad de superficie por la medición del consumo real. Además de este concepto básico, al costo también lo determinaría el uso y la zona residencial. El cambio forma parte de un replanteo más amplio del marco regulatorio de los servicios sanitarios de la provincia, hecho que le permitiría a la empresa terciar en la administración de los futuros acueductos.
"Uno de los temas a considerar es un nuevo sistema tarifario que se debería analizar y reformular teniendo en cuenta principios de solidaridad y de capacidad contributiva de los usuarios", explicó el presidente de Assa, Alberto Daniele. Según los funcionarios, el objetivo final es una mayor equidad y que cada cliente pague el agua que consume, tal como ocurre con la energía eléctrica o el gas.
En la actualidad las facturas por el servicio de agua se calculan a partir de las superficies del terreno y de lo construido. Este cálculo está habilitado por la ley 11.220, de 1994, que regla la concesión del servicio. El cambio cualitativo al que ahora Assa puso proa es medir el volumen consumido.
Por el momento el cambio sólo es conceptual y en hojas de borrador. Plasmarlo será un trabajo de varios meses que, además de los cálculos técnicos, necesitará el consenso de la sociedad civil y de las organizaciones no gubernamentales interesadas en el tema. Pero además, cuando el proyecto final esté listo, deberá motivar a los legisladores ya que implica modificar la legislación vigente.
La idea habría partido del riñón político de la provincia buscando sintonizar con la postura internacional sobre el tema. Si cada uno paga por el agua que utiliza crecerá la conciencia sobre la preservación de este recurso al que no pocos especialistas en medio ambiente le pronostican un futuro acotado y conflictivo.
Si la iniciativa de tomar como base de facturación al consumo real se consolida, la conducta de los usuarios será la primera interpelada, porque estará en relación directa con el bolsillo. Sólo a modo de ejemplo, se prestará más atención a las cañerías que pierden, a lavar el auto con la manguera o los platos con la canilla abierta y a full.
Aires nuevos. Según destacó Daniele, reformular el marco regulatorio de los servicios sanitarios también habilitará a la empresa a operar el sistema de acueductos que se construyen en la provincia. En la actualidad, Assa sólo administra agua y cloacas en 15 localidades.
Mientras el cambio se inicia, se promueve la colocación de medidores asociados al consumo real del agua y a su preservación. A modo de ejemplo, en Capitán Bermúdez, donde todos los usuarios tienen servicio medido, se consumen unos 180 litros de agua por día y por persona, contra los 450 que insume un habitante de Rosario.
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