La captura y almacenamiento geológico de dióxido de carbono es una de las alternativas tecnológicas más de moda para reducir las emisiones a la atmósfera y atenuar el calentamiento global. Pero la incertidumbre sobre el futuro de esos depósitos pesa como una losa sobre esta opción: ¿Es seguro ese almacén de CO2 o se liberaría de nuevo? Se ha estudiado la cuestión con simulaciones, pero sin obtener respuestas suficientemente convincentes. Ahora un equipo internacional ha investigado directamente la estabilidad de depósitos naturales en el subsuelo, asociados a nueve yacimientos de gas en Estados Unidos, China y Europa, y concluyen que el CO2, sobre todo disuelto en agua, permanece en los depósitos subterráneos a largo plazo.
"Hemos identificado exactamente, por primera vez, dónde se almacena el CO2. Nuestro estudio demuestra claramente que se ha almacenado naturalmente y de modo seguro en aguas subterráneas en los yacimientos de gas y petróleo", explica Stuart Gilfillan, geoquímico de la Universidad de Edimburgo y líder de la investigación. Las conclusiones de la misma se presentan hoy en la revista Nature.
Fijación geológica
Ellos han estudiado los mecanismos de fijación geológica y geoquímica del carbono en el subsuelo utilizando gases nobles e isótopos como trazas. Han descubierto que las aguas subterráneas son el principal sumidero de CO2 en los yacimientos estudiados, y que lo han sido durante millones de años. El trabajo es un paso importante en el camino que debe despejar las dudas acerca del secuestro de carbono. "Este enfoque será también esencial para vigilar y hacer el seguimiento de CO2 capturado e inyectado en el subsuelo", afirman.
Muchos expertos consideran que sería más estable la captura subterránea de carbono por su fijación en minerales carbonatados. Esto evitaría fugas, por ejemplo en forma de géiseres. Pero Gilfillan y sus colegas han constatado que ese proceso de mineralización desempeña un papel menor en la fijación natural del dióxido de carbono, mientras que el almacenamiento soluble retira hasta el 90% de ese compuesto.
A la vista de esta investigación, la estrategia de producir agua con gas bajo tierra parece la más esperanzadora para el secuestro de carbono.
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