El agua salina subterránea atrapa y disuelve el dióxido de carbono (CO2) sin riesgo de escape, lo que podría conducir a nuevas formas de almacenar ese gas, difundió la revista Nature.
El agua salina subterránea ha almacenado el CO2 durante millones de años de forma natural en yacimientos del Norte de América, China y Europa, según los resultados de un estudio hecho por expertos de las Universidades de Manchester, Edimburgo y Toronto, Canadá.
Investigaciones anteriores basadas en simulaciones computarizadas habían inferido que las aguas salinas subterráneas podían guardar el dióxido de carbono, pero esta es la primera vez que se demuestra en la naturaleza.
La captura y almacenamiento del CO2 es uno de los métodos usados para ayudar a combatir el cambio climático causado por la emisión de gases de efecto invernadero, sin embargo, existe el temor de que se fuge.
Según Chris Ballentine, uno de los autores principales del estudio, si el CO2 se inyecta en el lugar idóneo estará allí durante mucho tiempo.
El método para almacenar el CO2 consiste en capturarlo de los procesos industriales y energéticos antes de que llegue a la atmósfera y se transporta a través de un gasoducto o embarcación para guardarlo a largo plazo.
Sin embargo, ese mecanismo es muy caro y se emplea a baja escala.
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