Las burbujas de hasta un metro de diámetro que alertaron a los pescadores del golfo Dulce, tras los sismos ocurridos el 11 de marzo en la zona sur, podrían ser sinónimo de buenas noticias para esa región.
Un estudio geoquímico realizado por expertos de la Universidad Nacional (UNA) sugirió ayer que allí podría existir una reserva importante de gas natural.
El gas natural es una fuente de energía no renovable muy apetecida en todo el mundo porque aprovecha el material orgánico descompuesto para producir electricidad de forma limpia.
La hipótesis se formuló tras detectarse la presencia de gases como vapor de agua (91,29%), metano (8,64%) y sulfuro de hidrógeno (0,07%) en muestras de agua y gas tomadas en punta Mono Congo, sitio donde se produce el burbujeo.
“Sabemos que el metano se produce sobre todo en sitios donde hay una degradación importante de material orgánico como peces, algas o sedimentos desprendidos durante miles de años por el litoral de este golfo”, explicó Juan Valdés, científico de la UNA.
“Además, la presencia de estos gases sugiere, preliminarmente, la existencia de una importante reserva de gas natural en el fondo marino de esta región”, agregó.
Tras su análisis en el laboratorio, los científicos aseguran además que la composición de la muestras en el agua es inofensiva y, por tanto, no es motivo de alarma.
Por el contrario, señalaron que hay que alegrarse por la ausencia de dióxido de azufre (SO 2 ) en las muestras analizadas.
Considerando que este gas (SO 2 ) sale típicamente de volcanes activos, su ausencia en la muestra permite descartar que haya en el golfo Dulce un riesgo volcánico o tectónico, como inicialmente se temió.
Metodología. Para llegar estas conclusiones, los especialistas Valdés, María Martínez y Germain Umaña visitaron el sitio el 14 de marzo y recolectaron tres muestras de 10 litros cada una.
En cada muestra se analizó su temperatura. A pesar de parecer como si el agua estuviera en ebullición, esta no superó los 32° Celsius.
También se estudió la presencia de los isótopos 12 y 14 de carbono, que son indicadores de la presencia de materia orgánica y su edad.
Para confirmar los resultados, los ticos enviaron una muestra de agua a la Universidad de Florencia, Italia. Allí, el científico Franco Tassi repetirá el análisis con equipo altamente especializado para luego compararlo con el de la UNA. |
|
|