Diputados, ecologistas y guardaparques advierten sobre el efecto ambiental que provocará una nueva represa que construirá Brasil sobre el río Iguazú, aguas arribas de las cataratas. "Las bajantes del río Paraná, como las que experimentó Rosario, estarán agravadas por una nueva represa en la cuenca del Iguazú", dijo Jorge Capatto, de la Fundación Proteger.
La planta se emplazará en el municipio Leónidas Márquez, estado de Paraná, cerca de la población misionera de Andresito, situada en el ángulo nororiental de Misiones. Baixo Iguaçu o Capanema, como se denomina, tendrá 350 megavatios de potencia y un embalse que inundará unas 13 mil hectáreas. Se hallará a unos 90 kilómetros aguas arriba de las Cataratas, y es la sexta obra brasileña sobre el río Iguazú. "Ya hay 50 represas en la cuenca del Paraná, y otras 50 más proyectadas", advirtió. Ya en julio de 2006 las cataratas quedaron sin agua. Aunque siempre hay pulsos hídricos y los ríos no tienen un caudal permanente, "las cataratas quedaron casi secas por el cierre de las compuertas de cinco represas brasileñas", resaltó el dirigente de la fundación que integra la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Capatto afirma que debería existir un plan de manejo regional para evitar impactos económicos y sociales tanto en el Iguazú como en el Paraná y en el Uruguay, que conforman la cuenca del río de la Plata."El caso del Paraná es dramático, miles de surubíes se pudren en lagunas, y la pesca es fundamental para la zona. Además, los barcos cargan menos y quedan varados", explicó el ambientalista.
Sobre los daños ecológicos, indicó que "las represas no queman combustibles, pero se discute porque en zonas subtropicales los embalses inunden áreas y producen metano que provoca que se putrifiquen materias orgánicas. El metano es más potente que el anhídrido carbónico".
La represa fue adjudicada en octubre de 2008 por la Agencia Nacional de Energía Eléctrica de Brasil a la empresa Neoenergía.
"Brasil manipula el río". El diputado Timoteo Llera, ex intendente de la ciudad de Puerto Iguazú, al elevar el pedido de informes a la Cancillería sobre la represa brasileña, expresó: "Brasil manipula el río, alterando bruscamente el flujo de agua en horas, pero las cataratas del Iguazú son patrimonio de la humanidad desde 1984".
Capatto dijo que también afecta al turismo, ya que al año, las cataratas reciben más de un millón de turistas.
El Iguazú nace cerca de Curitiba, recorre 1.200 kilómetros y desemboca en el Paraná, en la triple frontera.
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