Miles de familias en Cochabamba no tienen acceso al agua potable, pese a que se movilizaron en las jornadas de la Guerra del Agua, en abril de 2000, aseguró ayer el representante de la Coordinadora del Agua y la Vida, Óscar Olivera.
En conferencia de prensa, el dirigente fabril rindió homenaje a quienes lucharon en la denominada Guerra del Agua, mediante la cual se logró expulsar al consorcio Aguas del Tunari.
En estas jornadas resultó herida una treintena de personas y murió Víctor Hugo Daza a causa de un disparo de arma de fuego.
Olivera dijo que en los últimos años no se ha logrado satisfacer las necesidades de servicios básicos de la población, pero que este fracaso se debe convertir en un aliciente para seguir luchando.
Lo importante, dijo Olivera, es construir una empresa que pueda dotar de este líquido elemento a todas las familias de Cochabamba de manera digna, transparente y digna.
El dirigente recordó que en este momento Semapa está económicamente peor que hace 9 años, porque tiene una administración corrupta e ineficiente.
“Asimismo, considero que si Semapa está en esta situación es producto de la dejadez de las autoridades, tanto del Gobierno central como del municipio”, explicó Olivera.
Desorganización
Añadió que Semapa está así porque la gente en Cochabamba está desorganizada y no realiza un control social a la empresa como se había planteado hace nueve años.
“Se buscaba conformar una empresa con justicia social, transparencia y participación, no se ha logrado pero ahora el desafío está planteado”, indicó Olivera.
El dirigente aseguró que para recuperar a la empresa se debería, en primer lugar, cambiar las reglas de juego, porque las que están vigentes “permiten el ingreso de gerentes delincuentes a la administración de esta empresa”.
Asimismo, Olivera considera que debe haber una toma de conciencia de los trabajadores, ya que gracias al esfuerzo de la población, Semapa no fue privatizada.
Un tercer elemento, en criterio de Olivera, es que Semapa debe ser objeto de una intervención gubernamental y social.
Olivera señaló que la Guerra del Agua tuvo una dimensión que fue más allá de la empresa Semapa “se luchó contra una democracia que se imponía de manera absolutamente autoritaria, contra una política corrupta”.
Olivera recordó que de este proceso (la Guerra del Agua) salieron los actuales mandatarios de Bolivia |
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