El tiempo pasa y las falencias en las plantas depuradoras que Aguas Bonaerenses Sociedad Anónima (ABSA) tiene en la ruta 252 y en cercanías del Camino Parque Sesquicentenario, siguen. Mientras tanto, el estuario bahiense está cada vez más expuesto a la contaminación.
En su edición del lunes 23 de marzo, este diario señaló que, a pocos metros del balneario Maldonado, el mayor espacio recreativo veraniego de la ciudad, parte de los líquidos cloacales que debería depurar la planta de la Tercera Cuenca es enviada al estuario bahiense sin un tratamiento completo.
Tres días después, un comunicado de prensa de ABSA indicó que, como se trata de un establecimiento nuevo, aún no se ha completado el período necesario para su plena capacidad de tratamiento, lo que exige ajustes en la operatividad.
ABSA admitió que falta la readecuación del funcionamiento de uno de los sedimentadores y de los sistemas de recirculación de lodos, lo que obligará a tareas de cambios en algunos de sus mecanismos, a efectos de optimizar las correspondientes etapas.
Tales ajustes requieren, en ciertos momentos, enviar parte de los líquidos sin tratamiento completo, según el mensaje de la empresa, en el que también reconoció inconvenientes en la estación de bombeo de ingreso de líquidos.
La planta, habilitada en septiembre del año último, recibe desechos cloacales que deben tratarse en dos pozos de bombeo. La premisa es retener los sólidos gruesos y finos. Más tarde, los líquidos deben clorificarse y desinfectarse, antes de ser enviados al mar.
Más preguntas
En las últimas horas, Integración Ciudadana reclamó urgentes respuestas de ABSA y del Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires (OCABA).
"Parece que algunos funcionarios se han habituado al anormal desenvolvimiento de la planta de la ruta 252 y no gestionan con la energía suficiente para solucionar un grave problema detrás del cual deberían hacer oír su voz instituciones de la ciudad", expone la minuta de comunicación presentada en el Concejo Deliberante por Norberto Martínez.
El edil quiere saber si el OCABA controla la planta de la Tercera Cuenca y si firmó un convenio con la Municipalidad de Bahía Blanca para que esta verificara los puntos de descarga. Además, pregunta sobre un eventual acuerdo con el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO) para evaluar los efluentes que se vuelcan en la ría.
Acerca de la misma planta, se buscan precisiones en ABSA sobre las irregularidades, por caso en las bombas y quiénes las reparan. También acerca de si los líquidos se descargan sin tratamiento y mediante un by pass que se usa cuando la planta no funciona en forma normal.
Respecto del tablero de mando, al parecer afectado por un incendio, se consulta si fue reparado y a qué precio.
"¿Se cumplió lo establecido en la resolución 1.826 de 2006, mediante la cual el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (OPDS) condicionó el otorgamiento de la declaración de impacto ambiental, señalando que debía existir la aprobación de la Autoridad del Agua antes de la conexión de los colectores principales", es otra de las cuestiones.
Finalmente, Integración Ciudadana pregunta a ABSA si consensuó con la Municipalidad un programa de utilización del efluente líquido tratado como insumo de procesos en establecimientos ubicados en las cercanías, a fines de preservar el ecosistema, tendiendo al "vertido cero" en la ría.
Mal principio
Fernando Rey Saravia, titular del Comité Técnico Ejecutivo municipal, considera que la planta sufre problemas desde el mismo arranque y que, si bien para las emergencias se toleran ciertos niveles de cloro, "todo va a parar a una zona que está muy quieta y que, peor todavía, se usa para recreación".
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